viernes, 31 de octubre de 2014

PARA MOSTRAR SU FORTALEZA INTERIOR



No concierta la necesidad con el empuje
para oponerse al Sistema.
Jura, nombrando cada santo,
que jamás será un indignado con armas.

No, su ídolo Gandhi, lo señaló:
satyagraha —abrazo a la verdad—
y ahimsa —sin daño; sin violencia—.

No carga explosivo entre los ojos
ni levanta la voz
contra el agente que le atropella:
Lo humilla llamándole hermano
—mientras intenta limpiarle el uniforme
salpicado con su sangre—.

Tampoco aspira la soberanía de los radicales,
expele una excelsa y mística ruptura
ante el desmedro,
con grandilocuencias medidas, circunspectas,  
cierra sus labios rajados por la infamia
adelantando sus manos abiertas
para abrazar la arrogancia del enemigo.

Presume de su fuerza interior…
Será un cadáver sin máculas
y su elevado espíritu
merecedor del paraíso ante Dios.

¿Será el mismo dios que esgrimen
y, al que por igual, rezan sus victimarios?

La fe en el bien; crea mis dudas.


Pichy












































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