sábado, 23 de agosto de 2014

SOÑAR PARA SOÑAR

Igual que las aves vuelan
las nubes llueven
los mares se ondulan
el sol da luz
o los árboles dan fruta
así la vida, es un sueño.

© Luis Vargas

martes, 12 de agosto de 2014

LENTES DE LA OPULENCIA



Enfrente está el puerto con sus barcos
—escasos hasta la dolencia—.

Los observo a través de los fríos cristales
como si fuese un turista más,
refugiándose del sol
en este lujoso bar, que imita otros tiempos
y resulta un museable escenario.

Un poco de mar siempre hace falta
ante tanto asfalto,
para que recalen los recuerdos
que nos fijan a la tierra
y zarpen en las madrugadas
los deseos insurgentes.

¡Qué bien la Isla, qué bien se ve la bahía,
desde este presuntuoso bar!
 
Pichy

sábado, 9 de agosto de 2014

SONETO MAL PARIDO

No me presta el corazón más esperanza
que los versos que te tengo prometidos,
pues fueron tantos, los miedos que he vivido,
que creo haber nacido en una chanza.

Y cuento los rincones y paseos, sometido
a las horas mediocres más inquietas,
resistiendo responsable a las arquetas
de aquellos pasadizos sucumbidos.

Yo nunca descubrí cual fue la puerta
y en poemas deshice los calvarios
huyendo de mi mismo y a la fuerza

de los sentimientos en vaivenes varios
que acuñé en la soledad de lo futuro
viviendo un presente en sueños legendarios.

VERSICULAR

1

El tajo de la guadaña
casi me parte en dos.

El sueño abierto
y el mar mareando olas.

A la intemperie el interior
sacarón la pus, no alma.

2

El verso se clavó como una espada
desde insospechadas lejanías eternas.

Lo onírico se apoderó de la edad
habitando en anestesias de recuerdos.

La palabra se vistió de blanco
y un cirujano estirpó los versos yacentes
viajando hacia galeras en un batel.

3

Demasiadas vísceras complejas
para cuerpos tan pequeños y con fecha de caducidad
gobiernan nuestra materia.

El cerebro humano, por ejemplo,
está tan lleno de cables, sustancias, células eléctricas
que es imposible gobernar las ideas
y los sentimientos.

Todo queda a merced de las disyuntivas
y adversativas calamidades
que razonamos como un ¡eureca!

No se necesita ser tan complejo para ser feliz:
somos falsos robots que nos movemos y actuamos
mientras  no nos invadan los virus
o se nos pare el reloj que marca nuestras horas.









jueves, 7 de agosto de 2014

Prosa y Poesía

La diferencia entre prosa y poesía:
(extraído del libro Taller de Escritura de Alma Maritano)
La de la poesía es una de las cuestiones más arduas y polémicas de las que a diario se suscitan en el taller. Y parece que todo el meollo del problema parte precisamente de la estructura:
Una estructura regular tranquiliza; una irregular provoca. Frente al poema contemporáneo la mayoría se desconcierta, permanece fría, no se "entrega", se envara en una actitud de desconfianza.
"Aquí no hay poesía", se comenta entonces. "¿Qué quiso decir?" "¿Por qué haber usado estas palabras?" "¿Por qué colocarlas de este modo sobre el papel?"
Detengámonos por ahora en la aseveración "aquí no hay poesía".
Pocos conceptos como los de "belleza" y "poesía" se han relativizado tanto como estos durante este siglo. Tradicionalmente no se concebía una sin la otra. El llamado "feísmo", la incorporaciön de lo mecánico, (de Whitman a Marinetti), de vocablos considerados "no poéticos", etc. fueron poco a poco socavando la idea estetizante que se tenía de la belleza, en cuanto sinónimo de armonía, elegancia, pureza, perfección. Sin duda un concepto de belleza idealista e idealizado.
A esta dupla poesía - belleza contribuía la estructura: un verso medido y rimado, un poema armonioso y musical, eran de por sí considerados poéticos.
¿Qué ocurre cuando dejamos de asociar recíprocamente estos dos conceptos? Aparece en todo su relieve el de "poesía". Asociado esta vez inevitablemente con el de "poiesis" (del griego = creación). Frente al mundo nos sentimos creadores. Lo que experimentamos en el contacto con las cosas y con otros - exaltación, atracción o rechazo, angustia o júbilo, asco o rabia, amor o dolor - nos impulsa a la acción, que es un modo de recrear el mundo. Todos, inmersos en la realidad y enfrentados a ella, actuamos (aún en la inacción) modificándola.
Es precisamente el lenguaje el que nos convierte en creadores: con sólo nombrar estamos actuando. El "nombre" se carga de significaciones, de connotaciones infinitas, y entonces la "cosa" ya no es más lo que era: hemos vuelto a crearla a nuestra medida. La poesía está relacionada justamente con esa re - acción profunda, esa conmoción, esa emoción que experimentamos enfrentados a la realidad. Es más: la poesía es esa emoción.
El lenguaje resultaría entonces sólo un vehículo, un instrumento más que sirve para concretar, para hacer visible y comunicable ese movimiento interno. Y el objeto concreto nacido en y del lenguaje es el poema (desde Homero hasta Borges). Como todo objeto creado por el hombre, fue experimentando una evolución paralela a la del hombre mismo.Así como en otros terrenos fueron abandonándose esquemas y formalidades, así en el poema fueron modificándose las estructuras, cada vez más sueltas, más abiertas, desde la exuberancia del verso libre inaugurado por Whitman en la mitad del siglo pasado, a la hermética condensación de Ungaretti.
Uno podría preguntarse ahora: ¿y la belleza?
La respuesta sería: También el concepto de belleza ha evolucionado, "relativizándose" como tantos otros y en su rodar de siglos ha ido incorporando rémora y pedregullo, aristas irregulares y filosas, elementos vulgares y cotidianos y hasta otros obscenos y escatológicos. Ya no se trata de verla como a un trozo de mármol esculpido, sino como una masa informe pero sin embargo mucho más poderosa y abarcadora. Hoy, es con esta masa informe que se construye el poema. (Por supuesto que puede resultar necesario y bello trabajar en algún momento con un trozo de mármol inmaculado).
De lo que se trata es de ver en el poema lo que hay, no lo que nosotros querríamos que hubiese según nuestros propios cánones. Lo cual lleva a concluir que no es que se hayan separado los conceptos de belleza - poesía, sino que ambos han sufrido las transformaciones que sufrieron todos los campos del pensamiento y la cultura.
Los cimientos, columnas, vigas, constituyen la estructura de un edificio. Esas vigas, esas columnas, esos soportes, están firmemente unidos entre sí. También en un texto llamamos estructura al armazón que lo sostiene. Las palabras, uniéndose entre sí, conforman ese soporte. En el terreno de la escritura, esa estructura, esa combinación de palabras es llamada sintaxis.
Esta concatenación adquiere en la prosa un movimiento diverso del de un poema. Tal vez la diferencia entre ambos descanse fundamentalmente sobre el concepto de sintaxis.
Según el modo en que hayamos utilizado dos recursos básicos de la sintaxis, la síntesis y la elipsis, nuestro texto se aproximará más a la prosa que a la poesía o viceversa.
Hay textos que se nos "aparecen" como textos en prosa pero en realidad son poemas cuyos versos están encadenados sin solución de continuidad. Salvo que la sintaxis está trabajada como en un poema.


GENEROS (extraído del libro Ser escritor de Abelardo Castillo)


No creo en los géneros literarios. Creo, sin embargo, que el cuento es una forma estética nada casual y sospecho que no cualquier escritor es cuentista. Se puede ser un gran poeta y no saber escribir un soneto, como le pasaba con frecuencia a Neruda, y también se puede ser un gran escritor en prosa sin haber escrito jamás un buen cuento. La inversa, en cambio, no se cumple. Un hombre que escribe grandes sonetos es necesariamente un gran poeta: Petrarca o Garcilaso, digamos, o Miguel Hernández. Un hombre que escribe grandes cuentos es fatalmente un gran escritor: Poe, Chejov, Borges, Cheever, Akutagawa, Cortázar.
No tengo opiniones sobre literatura. Heine decía que las catedrales fueron hechas porque los hombres que las construyeron no tenían opiniones, sino convicciones.
Seguramente no construiré nunca una catedral, pero, al menos, tengo una convicción: un buen cuento es una historia contada de la única manera posible.
 



POESIA Y PROSA (extraído del libro Ser escritor de Abelardo Castillo)

Desconfío de los escritores que no empezaron haciendo versos. Leopoldo Marechal solía recordar que, para Aristóteles, todos los géneros de la literatura son géneros de la poesía, y Ray Bradbury aconseja leer todos los días un poema antes de ponerse a escribir un cuento o una novela. Todo escritor verdadero es esencialmente un poeta. Ser poeta no significa escribir en verso, ni el puro acto mecánico de versificar garantiza la poesía.
Cuando uno dice "poeta" piensa en Góngora, en Machado, en Lorca, en Neruda, en Vallejo. Son, digamos, poetas en estado puro. Pero hay otro tipo de escritor que llega a los versos a través de la prosa, como Borges, como Quevedo, incluso como Poe. Y hay todavía un tercer tipo, el gran prosista, que no puede escribir versos, aunque seguramente empezó haciéndolo en su adolescencia. William Faulkner le confesaba a Jean Steen: "Soy un poeta malogrado. Quizás todo novelista quiere escribir primero poesía y descubre que no puede, y entonces intenta escribir cuentos, que es la forma más exigente después de la poesía, y, al fracasar, sólo entonces se dedica a escribir novelas."
La poesía no es una manera de escribir, es más bien un modo de vivir, de percibir el mundo.

miércoles, 6 de agosto de 2014

INEPTITUD

De la irritación de no saber quiénes somos
nacen las palabras fuertes
de la rebeldía y el desenfreno,
y mis versos se llenan de blasfemias
con palabras dolidas por las púas
 de la furia que alucina mi intelecto.
Tatuajes del mutismo disimulan 
las contusiones que se vierten en las fisuras de los ideales,
como manchas de leopardo,
cuando los diablos mórbidos y tumescentes insultan
desde las márgenes atlánticas de la abundancia.

La vida se cuartea en los plásticos que fingen las rosas
y el amor que sobrevive en medio del naufragio.
 
Sé que zozobro
en el remanso poco profundo
de palabras pobremente filosofadas e hipócritas, 
 y un mundo de palomas, que vuelan significantes,
me impiden de la poesía.
Pichy