martes, 29 de abril de 2014

En mis trece



 Una estricta ordenanza, jamás pensada,
desmemoriza el desarreglo
del baile y la desnudez de los alcoholes,
haciendo turbulencias ciegas
donde sólo hubo poca juventud.

Persisto en mi desacato
contra la circunspección de la edad
Presento mi desenfado contra el miedo
a la muerte y el misterio del olvido.  

Subsisto en el cuido, insano y locuaz,
de mis pequeñas victorias;
para que el tiempo las enaltezca
contra el desencanto y sus fiebres. 

Pichy

Matronas que pretendo



De la matrona que niega los abrazos
adivino lo felino sumergido entre sus senos.
Sus concavidades hablantes  
que no cesan de nombrar astutos duendes
con los que trajina mi madurez,
y sus ojos de ángeles  onduladores de alquimias
soban la música de las vitrolas, que ya no existen
aquí, donde siempre se les recuerda;
porque no sabemos de otras mejores nostalgias
y cantamos imitándoles con cada trago.  

El amor se conforma con trozos de ternura
en los sueños clavados por el tiempo
cuando las llagas destrozan desde el ayer
las canciones del presente, y sus urgencias,
para que las matronas me entreguen en la noche
esos brazos, que todo el día, me han negado.

 Pichy

Contumacias



Carga contra los muros con obstinación infantil.
En el silencio que despierta a la ciudad
construye faros de arena
sobre los sueños de mármol
y el tiempo no le alcanza para la noble tarea
de incinerar los desperdicios.

En el intermedio del sigilo, por lo que fue,
se guarda los letargos horizontales
del espacio para idealizar,
y fantasea.

Transmuta las cúspides en diáfanos ambientes,
las evasiones infecundas en refugios amistosos.
En ocasiones, por las fisuras de la hipnosis
la noche se acrisola y emplaza su permanencia.
 
Quizás, la confusa recalada de los signos,

le impidan ver los resquicios de los muros
por donde se infiltran los fulgores
del alumbramiento.
Pichy

Palabras de Misterio

Palabras de Misterio

De esta vida y su estriación
de sendas
se sabe que hay pasado, presente y futuro.
-Si se supiese
antes del deseo y cópula,
lo que es la vida, el ser
y la entrega
¿se hablaría de alevosía?-

Se nombra el pecado, el fruto tóxico,
la descendencia disparatada
del mono
y sabe dios cuantas hipótesis
que se expanden
en tomos que integran
y desintegran la historia del ser.

Estar destinados a nacer, procrear y morir
con el desaguisado de la desdicha
y pesar en las entrañas,
se lleva a pie juntillas
por los tiempos de los tiempos, y deseando
que el resultante, sea la revelación
de algo diferente, algo divino.

La vida y la muerte
son dos puntos en un segmento
el apoyo y el tacón del cayado
que sujeta la fe gloriosa
y la cólera del hombre,
en un bucle.

Misterio, mi hamster, me lo contó.
No sé de dónde lo sacaría,
yo solo le veo comer manzanas
y pasar las horas muertas
en su jaula corriendo
dentro de una rueda.
-la vida rata-

Begoña M. Bermejo

viernes, 25 de abril de 2014

POR QUÉ ESCRIBIMOS POESÍA

Saber por qué escribimos poesía
buscando en lo recóndito el misterio
y tallando tatuajes en el aire
es como querer preguntarle a la vida
cual es el intríngulis de la muerte
si estando el sol en lo más alto
sentimos el albor del calígeno.

Por qué escribimos poesía, me pregunto,
y no sé responderme
es como una besana que comenzamos
y al encontrar la primera piedra
nos incita con berretín a seguir el surco
en busca de nuestra identidad, o tal vez,
escribimos poesía, porque hemos visto
como un ser querido se muere de repente
y pensamos: ¿caeré yo mañana?

Y así, en la tremenda desdicha del ser,
la vida es un sortilegio
que anda entre versos escondida.

© Luis Vargas

jueves, 24 de abril de 2014

La cajita de música

Corre la primavera
a beber agua en la nube
con la melena al viento
y una flor en la mano

Los suspiros del iluso
van creciendo
con la memoria que flota
en el olvido.

Y romances de romancero
aprestan juventud perdida
soñando con aquellos sueños:
jirones de la edad.

Y como el olmo viejo
hendido por el rayo
y en su mitad podrido (que contaba Machado)
espero que me nazcan
algunas hojas verdes.

Nostalgias son respiros.
La tarde está cerrando:
a la luz de la luna
vuelvo a casa por la senda
muy cansado.

La cajita de música
está sonando.

© Luis Vargas


miércoles, 16 de abril de 2014

La caja de soldaditos de plomo y algún secreto más...

Desde el rincón donde os escribo
y medito y leo, juego y hago poesía,
viven mis fantasmas y mis sueños
resguardados por soldaditos de plomo
que vigilan los luceros.

Y aquí os lo presento y os invito
a entrar, como privilegiados míos,
a ésta humilde mansión, donde
la historia de mi existencia, anda
suelta. Está en cada pared, libro,
diplomas, objetos y recuerdos...
como el sonido de la música,
de una bandurria, que duerme.

Atmósfera de donde nacen
las musas de mis poemarios. 

© Luis Vargas                                                          
(Esto lo ha visto muy poca gente)   

 Rincón desde donde os escribo
 Parte izquierda del despacho/Biblioteca
 Parte derecha del despacho/Biblioteca

                                                        
Ventanal  del despacho con mi escudo en el cristal emplomado

Reparos de estaciones



Reúnense con la fisonomía
alambicada de carbones
hacederos del diamante
y esa luminosidad de los desnudos
desafiando la muerte,
cuando el verano nace.

Paz de cuerpo en el invierno
guarda ya las sombras del estío
a quien sueña la primavera,
batallando los artilugios
que mantienen las flores en su jardín.

Los cuerpos en el otoño envejecen
entre las malas sombras
de la desidia calmadora y asesina.
Agrúpense con las displasias
expuestas, para descubrirse
las lepras del cansancio
y el desconsuelo.

No hay primavera, si no hay palabras
nuevas para designar los pájaros
que anuncian la aurora,
antes de la primera luz. 

Pichy