Saber por qué escribimos poesía
buscando en lo recóndito el misterio
y tallando tatuajes en el aire
es como querer preguntarle a la vida
cual es el intríngulis de la muerte
si estando el sol en lo más alto
sentimos el albor del calígeno.
Por qué escribimos poesía, me
pregunto,
y no sé responderme
es como una besana que comenzamos
y al encontrar la primera piedra
nos incita con berretín a seguir el
surco
en busca de nuestra identidad, o tal
vez,
escribimos poesía, porque hemos visto
como un ser querido se muere de repente
y pensamos: ¿caeré yo mañana?
Y así, en la tremenda desdicha del
ser,
la vida es un sortilegio
que anda entre versos escondida.
© Luis Vargas
No, si no me importa que no comenteis, ya sé que estais muy ocupados...
ResponderEliminarHombre! Qué impaciente...Hay qué leer cada cosas...Cuando presentaste esta entrada, ya estaba para la casa —en merecido descanso de fin de semana, no olvideis que soy un proletario—.
ResponderEliminarMuy bien se me da el poema, aunque, no me va bien el ¨berrentin¨ —que cambiaría por cualquiera de sus sinónimos—.
Fuerte abrazo
Berrentín= cariño grande de una persona a otra
EliminarBerrentín= terquedad obsesión.
Tómalo como mejor se ajuste a tus deseos
Creo que es un poema con buen ritmo, que más allá de la sugerencia, el símil se lleva el galardón junto con su conclusión enlazada.
ResponderEliminarVamos que el poema, a mi parecer, es estupendo y el berretín también.
¿qué seríamos sin poesía? me pregunto.
Besos
Seríamos como los políticos que prometen lo que saben que nunca darán. El poeta da el conocimiento de su sentir con auténticidad de ser.
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