La
lucidez surte sus nubes existenciales
entre
el sueño y la piel,
de
lo etéreo a la sólida materialidad,
por
el abismo que existe
entre
la piedra y el deseo de moverla.
Las
culpas adversan los susurros
con
témpanos del miedo balbuciente.
Por
la portezuela de lo sombrío
se
mueve la insistencia hacia el triunfo.
¡Con qué débito se vislumbran las razones!
Todo bien sufre la carcoma en algún recodo
y las ansias del pan mastican tristezas,
cuando se retiene el grito de la rabia.
¡Con qué débito se vislumbran las razones!
Todo bien sufre la carcoma en algún recodo
y las ansias del pan mastican tristezas,
cuando se retiene el grito de la rabia.
La
resignación equivoca por oficio.
A su núcleo retorna —nadie dice el porqué—.
A su núcleo retorna —nadie dice el porqué—.
Su
sonora potencia es una maldición
que acarrea, de unos a otros, las nuevas
que acarrea, de unos a otros, las nuevas
y
estériles noticias
de un futuro alumbramiento.Pichy
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