Solos.
Morimos solos,
-como al nacer-
El silencio es audible
cuando calla la orquesta.
Resuenan los recuerdos
de los sueños de antaño
bajo la piel.
Se palpan los colores
por su calor o frialdad.
Un tapiz avejentado
colgado en la pared.
Con sus sombras,
a veces regresan
los fantasmas del miedo.
Nieves Merino Guerra
03 de marzo de 2016
Buen poema sintético de estructura sencilla con profundidad evocadora.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Luis!
EliminarVa sonando la flauta de vez en cuando... A ver si continúo sin desafinar demasiado. Es un buen empujoncito el que me das. Besos enormes.
Bien logrado se me da el poema, amiga. Ves, que tenía razón? Cuando hay talento y algo que decir: no falta más que desbrozar el camino al buen discurso.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, Pichy.
EliminarEres un sol.
Los ánimos vienen bien a mi inseguridad.
Besos, mi amigo lindo.