Desde antaño
todas las plazas con fuentefueron centro de reunión y convivencia,
gratitud de ciudades y pueblos
donde el ciudadano de toda clase social
paseaba, tomaba el sol, reía,
gozaba del aire, se transmitía el saber
y los jóvenes se enamoraban.
Ahora,
las plazas con fuente están vacías,el líquido elemento, ausente,
no hay lucimiento de vestidos de moda,
sólo se acomodan abuelos en jubileo
y grupos de personas aquí y allá,
con la mirada perdida en el futuro
en espera que aparezca por alguna esquina
alguien que ofrezca trabajo.
Ahora,
Hasta las palomas se han ido.© Luis Vargas
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Bien me resulta el poema; de mucha realidad.
ResponderEliminarAbrazo
Así es, qué triste!!
ResponderEliminarBesos
recuerda...volverán las oscuras golondrinas...
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