lunes, 8 de abril de 2013

Cargo mi pasado



      

Desde su refugio de nubes

un sacerdote de Ifá

—interlocutor de los orishas—

presagiándome el peor de los futuros, sentenció:


–Te mantienes de los muertos,

cuando la vida es olvidar mucho

para permanecer un poco.



Repulsé la alquimia, junté al mármol frío

el apremio de la voz, y lo sentí callarse,

callarse hasta empequeñecerse.

Seguí —con todos mis muertos—

pisando fuerte, seguro,

con mis equivocaciones a cuesta.



No tengo la certeza de la verdad,

tan exactamente  tenebrosa

para las detenciones dependientes o inducidas.

Bástame la realidad del camino,

entre los ecos, que apenas respondo.

pichy

8 comentarios:

  1. Este poema me ha gustado mucho. Tiene un aire diferente al habitual en ti. No te sabría explicar bien, pero me ha hecho pensar y sentir que la muerte es el fin de las crisis y, sin embargo, preferimos las crisis con soda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Josu!, que no dejas de sorprenderme...que lo pensé, para presentároslo; ah, pos ahora me gusta más —me estaré volviendo inseguro?—. No hace falta explicación; ya decir "que te gusta mucho", hasta se me hace una deferencia, jajajaja. La crisis, para nosotros los proletarios, no sabe bien con nada; pero, sí, todos nos aferramos a la vida —más o menos—.
      Muchas gracias + Abrazos

      Eliminar
    2. Bien se me da el poema; pero, pídote aclaración en la última estrofa, más bien, en el último verso: porque, si quieres decir "que ya no queda nada que robar", entiendo sería, en dudas, "si, no lo han robado todo";mas, si lo que dice es "que se lo lo raboraon todo", yo diría "si nos lo han robado todo" (por supuesto todas las formas: dentro de la interrogación). Tenga la deferencia de dedicarme un minutito; para mi formación (quedando por ver: si me doy a entender).

      Abrazo

      Eliminar
    3. Rectificado (me falto una "s" por error digital

      La crisis es una señora vestida de negro
      con una guadaña al hombro
      que va segando, porquito a poco, los trigales,
      como una meiga que no existe
      pero que haberlas hailas,
      camufladas en una chaqueta verde
      o en otra rosa como la Pantera Rosa
      con una jiba donde guarda los dineros
      y una idea raquítica de la vida
      mientras los alemanes le canta
      entre jarras negras de bier y bier:
      "qué bonita que es mi niña,
      qué bonita cuando duerme:
      se parece a una amapola
      entre los trigales verdes"

      Ni somos rubios, ni altos,
      ni tenemos la cabeza cuadrada
      ¿qué falta le hace a Hispania
      ser esbirros europeos
      si nos lo han robado todo?

      Eliminar
    4. Vale. Que habrás notado que no suelo rectificar ortografía, y otras ternuras, porque las doy por errores "dactilares". Pero, en este caso me cambiaba el significado del verso.

      Agur

      Eliminar
    5. Pues has hecho bien en decirlo porque, efectivamente, confundía.

      Eliminar
  2. Estupendo, amigo. Logras claridad, y sugerencia.
    Tiene un algo esperanzador, que detiene todo cuanto hay de maldad en el mundo; una fe en uno mismo que ejecutas con admiración.

    Un beso.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.