Desde su refugio
de nubes
un sacerdote
de Ifá
—interlocutor
de los orishas—
presagiándome
el peor de los futuros, sentenció:
–Te mantienes de los muertos,
–Te mantienes de los muertos,
cuando
la vida es olvidar mucho
para
permanecer un poco.
Repulsé la alquimia,
junté al mármol frío
el apremio de
la voz, y lo sentí callarse,
callarse hasta
empequeñecerse.
Seguí —con
todos mis muertos—
pisando
fuerte, seguro,
con mis
equivocaciones a cuesta.
No tengo la
certeza de la verdad,
tan
exactamente tenebrosa
para las
detenciones dependientes o inducidas.
Bástame la
realidad del camino,
entre los
ecos, que apenas respondo.
pichy
Este poema me ha gustado mucho. Tiene un aire diferente al habitual en ti. No te sabría explicar bien, pero me ha hecho pensar y sentir que la muerte es el fin de las crisis y, sin embargo, preferimos las crisis con soda.
ResponderEliminarJosu!, que no dejas de sorprenderme...que lo pensé, para presentároslo; ah, pos ahora me gusta más —me estaré volviendo inseguro?—. No hace falta explicación; ya decir "que te gusta mucho", hasta se me hace una deferencia, jajajaja. La crisis, para nosotros los proletarios, no sabe bien con nada; pero, sí, todos nos aferramos a la vida —más o menos—.
EliminarMuchas gracias + Abrazos
Bien se me da el poema; pero, pídote aclaración en la última estrofa, más bien, en el último verso: porque, si quieres decir "que ya no queda nada que robar", entiendo sería, en dudas, "si, no lo han robado todo";mas, si lo que dice es "que se lo lo raboraon todo", yo diría "si nos lo han robado todo" (por supuesto todas las formas: dentro de la interrogación). Tenga la deferencia de dedicarme un minutito; para mi formación (quedando por ver: si me doy a entender).
EliminarAbrazo
Rectificado (me falto una "s" por error digital
EliminarLa crisis es una señora vestida de negro
con una guadaña al hombro
que va segando, porquito a poco, los trigales,
como una meiga que no existe
pero que haberlas hailas,
camufladas en una chaqueta verde
o en otra rosa como la Pantera Rosa
con una jiba donde guarda los dineros
y una idea raquítica de la vida
mientras los alemanes le canta
entre jarras negras de bier y bier:
"qué bonita que es mi niña,
qué bonita cuando duerme:
se parece a una amapola
entre los trigales verdes"
Ni somos rubios, ni altos,
ni tenemos la cabeza cuadrada
¿qué falta le hace a Hispania
ser esbirros europeos
si nos lo han robado todo?
Vale. Que habrás notado que no suelo rectificar ortografía, y otras ternuras, porque las doy por errores "dactilares". Pero, en este caso me cambiaba el significado del verso.
EliminarAgur
Pues has hecho bien en decirlo porque, efectivamente, confundía.
EliminarEstupendo, amigo. Logras claridad, y sugerencia.
ResponderEliminarTiene un algo esperanzador, que detiene todo cuanto hay de maldad en el mundo; una fe en uno mismo que ejecutas con admiración.
Un beso.
Muchas gracias, amiga, por el generoso comentario.
EliminarBesos