Encumbró las apariencias
hasta los
caireles de la espuma.
Cerrajeó toda
puerta clausurada,
mas nada le
manchó el silencio.
La casa se fue
achicando a largos pasos
hasta colgar de
los balcones vecinos.
Una tenue algarabía
le resultaba aventura
en los designios
sonoros
de falseados
tropiezos entre las nubes.
Nadie me explica
estas fragilidades.
pichy
Me ha gustado, amigo.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, amigo, me satisface que te guste. Besos
ResponderEliminarLo de "amigo" ¿se lo dices a todos y a todas?
ResponderEliminarMe ha precido un buen poema claro casi de corte kafkiana que, sin duda, evoca el devenir de muchos.
Ja! claro que no...no pierdes oportunidades para el cachondeo; jodedor que eres, eh.
EliminarBego, mis disculpas, fue asunto de dedos
Ah, y gracias por comentario (qué encima: tengo que agradecerte)
EliminarAbrazo