¿De
qué mundo interior disfrutas
y
consagras como supremo goce espiritual,
si no
te paras a ver una puesta de sol,
a un
niño jugando en el parque,
ni
eres buscador de ideas nuevas,
ni
eres religioso, ni eres enamoradizo,
¿Cual
es tu viaje de ensueños verdaderos
si
estás siempre de aquí para allá
sin
afincarte en alguna nube
andando
siempre como el judío errante
sin
que expreses una experiencia
ni la
comuniques?
¿De
qué te vale el ánfora vacía
si no
guardas en ella la luz de las estrellas
como
un tesoro de tus noches de amor?
¿Acaso
no sea la angustia y el destino,
los
fríos polares chocando con los vientos
templados,
lo que provocan las tormentas,
que
hacen que estés siempre huyendo
hacia
delante?
© Luis Vargas
Estupendo poema reflexivo que trasmite paz interior.
ResponderEliminarBesos.
Buenas preguntas, que conforman un buen poema.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, chicos, por vuestro comentario.
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