miércoles, 24 de septiembre de 2014

La ciudad

La ciudad

He recorrido la misma ciudad
durante más de treinta años.
Esa urbe de bifurcaciones
repleta de vidas anónimas,
errantes.

Calles con miradas en los charcos,
escaparates o lunas de coches,
disimulando transparencias.

Bancos vacíos, aceras con hambre
de compasión, aledaños a la frivolidad
de la venta de carne...

No recuerdo un tiempo
en el que me sintiese fugitiva.

Begoña M. Bermejo

7 comentarios:

  1. Me gusta tu ciudad: es romántica (ver romanticismo)

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    1. Sí, es cierto, tiene su romanticismo. Gracias a tus enseñanzas he disfrutado de muchos movimientos literarios, y el romanticismo, no es en el que me sienta más comoda, no porque no lo disfrute, sino porque me cuesta compartirlo. Supongo que porque no se escribirlos. Pero he de reconocer que soy una romántica empedernida.

      Espíritu sin nombre,
      indefinible esencia,
      yo vivo con la vida
      sin formas de la idea.

      Yo nado en el vacío del sol,
      tiemblo en la hoguera,
      palpito entre las sombras
      y floto con las nieblas.

      Yo soy el fleco de oro
      de la lejana estrella,
      yo soy de la alta luna
      la luz tibia y serena.

      Yo soy la ardiente nube
      que en el ocaso ondea,
      yo soy del astro errante
      la luminosa estela.

      Yo soy nieve en las cumbres,
      soy fuego en las arenas,
      azul hondo en los mares
      y espuma en las riberas.

      En el laúd soy nota,
      perfume en la violeta,
      fugaz llama en las tumbas
      y en las ruinas yedra.

      Yo atrueno en el torrente
      y silbo en la centella
      y ciego en el relámpago
      y rujo en la tormenta.

      Yo río en los alcores,
      susurro en la alta hierba,
      suspiro en la onda pura
      y lloro en la hoja seca.

      Yo ondulo con los átomos
      del humo que se eleva
      y al cielo lento sube
      en espiral inmensa.

      Yo en los dorados hilos
      que los insectos cuelgan
      me agito entre los árboles
      en la ardorosa siesta.

      Yo corro tras las ninfas
      que en la corriente fresca
      del cristalino arroyo
      desnudas juguetean.

      Yo en bosques de corales
      que alfombran blancas perlas,
      persigo en el océano
      las náyades ligeras.

      Yo en las cavernas cóncavas
      donde el sol nunca penetra,
      mezclándome a los gnomos
      contemplo sus riquezas.

      Yo busco de los siglos
      las ya borradas huellas
      y sé de esos imperios
      de que ni el nombre queda.

      Yo sigo en raudo vértigo
      los mundos que voltean,
      y mi pupila abarca
      la creación entera.

      Yo sé de esas regiones
      a donde el rumor no llega,
      y donde informes astros
      de vida un soplo esperan.

      Yo soy sobre el abismo
      el puente que atraviesa,
      yo soy la ignota escala
      que el cielo une a la tierra.

      Yo soy el invisible
      anillo que sujeta
      el mundo de la forma
      al mundo de la idea.

      Yo en fin soy ese espíritu,
      desconocida esencia,
      perfume misterioso
      del que es vaso el poeta.

      G. A. Becquer.

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  2. (Quítale a este poema todos los pronombres "yo", porque yo, yo, yo, es demasié egocentrisme ¿pas de Croi?

    Te lo decía porque el poema corresponde con las características del Romanticismo:
    ¿Cuáles son las Características del Romanticismo Literario?   1. Presencia en las obras de un estilo individualista, de marcada sensibilidad, abundante imaginación e innegable rebeldía.  2. Tendencia al pesimismo. La vida es poco menos que una tragedia; un contexto de melancolía y desasosiego.  3. Los autores son inconformistas por definición y se rebelan ante lo establecido.  4. Diarios y confesiones íntimas están a la orden del día.  5. Entre otros temas, destacan los relacionados con la historia nacional, las tradiciones, la mujer y los conflictos sociales.

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    1. Entendí a que te referías, me gusta el romanticismo.
      Necesitaba de esa belleza, del pesimismo, de la liberación ante la incomprensión en un poema personal llevado a una imagen de nuestros días. Claro que tiene su romanticismo, yo soy muy romántica, pero intento que no se note.
      Los yo, yo, yo, no los puedo quitar, Becquer los puso por mi.
      Besos

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  3. Gustavo murió joven de egocentrismo...tenía que haber dicho yo, me estoy muriendo...

    Pues que se note, ¡sé romántica! -en el sentido literario, claro

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