sábado, 15 de febrero de 2014

EN LA SORPRESA DE NOMBRARTE



Al presente, traído de tu nombre,
presumo
el desamor de los dioses,
sus liturgias convocando a los abismos.
Abstracción que se remonta y solapa
junto a los señuelos y las reverencias,
donde la caída es un presagio.

Irredimiblemente,
el verso contra el cántaro
siempre hace historias para la vida:
en el surrealismo de los ponientes,
cuando el ánimo se humedece de rocío.

Canturreo, de apacibles ruinas
y evocaciones,
arroga los desatinos de una música
orgánica hasta el recuerdo:
que hace de tu nombre rara avis
en mi ausencia de amor extendido.

Pichy

9 comentarios:

  1. Uff, ¡menudo poema! este si qwue no me lo esperaba...tiene profundidad y meditación entre líneas.

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  2. En irredimiblemente, me atasco en su compleja pronunciación y en la última estrofa, después de recuerdo, cambiaría los dos puntos (:) por una coma (,).
    No obstante, es un poema fantástico, amigo.
    Besos

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  3. Si te atascas es porque no estás redimida...

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  4. Pero es que sin continente, no hay contenido, se desparrama...

    irredimiblemente = por lo mal que suena, poner irremediablemente

    irredimiblemente= por lo mal que suena, poner
    no se redime

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  5. Vale, vale, no os preocupéis: que irremediablemente, habré de sustituir la palabrita, o no...ya le daré taller —que también está lo de los dos puntos—.
    Es que yo lo digo con clave de son. Bah, me sirve cualquier variante que no cambie el sentido.
    Besos y abrazos —según corresponda

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