Si los silencios comieran carne humana
te habrías comido mi cuerpo entero
como caníbal desnudo y hambriento
que despelleja la selva de mi ánima
con broncas realidades de amor
olvidado.
Si las ausencias pudieran combinarse
con néctar de fruta y gotas de ron
yo estaría borracho de infortunios
cuando veo tus versos en la senda
como pétalos de rosal volando.
No sé si estarás enfermo, o sin ganas
de esgrimir la espada, capitán de
buque
desalentado, valiente abakuá, poeta
insigne de corazón bravío, que nadie
sabe por do navega.
¿dónde estás?
© Luis Vargas
Ja! Esto está muy bueno, amigo. Me resulta una deferencia.
ResponderEliminarYa les expliqué de mis dificultades. Estoy por acá, al pairo; pero, atento a la Senda.
Pronto espero estar a toda máquina.
Abrazos
Vamos a tener que darle algo que le anime a nuestro amigo Pichy, para que retome la senda.
ResponderEliminar(Yo pongo el Ron)
A esta senda que surca a la deriva
unos tragos de ron
no le haran daño.
Aunque a Luvar el azúcar
le amargue la sangre,
alza la copa bien alto:
las ausencias de los amigos
y sus letras deshojadas
le marchitan el corazón.
Yo saco el cristal de bohemia:
un amor frágil
que deseo colmar
de ron-poesía
y un brindis.
Muchas gracias, amiga. Te ha quedado muy bien.
ResponderEliminarPienso, que ya estoy listo para la pelea.
Beso
Y...
ResponderEliminary qué, de qué¡
ResponderEliminary tenía una copa de vino en la mano
y con ella me fui a la mesa
y puse el mantel
y bebí y bebí
harto de
tanto
y
Pues, hay que reconocer que bebes con buen ritmo...queda por ver cómo te levantas
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