SENDA POÉTICA : MUSA VII

jueves, 22 de octubre de 2015

MUSA VII

Aún recuerdo una musa

que me inspiraba canciones

pero como no tenía guitarra

ni voz, ni zanfona, ni vihuela,

no pude triunfar cantando:

ni de ninguna otra manera.

3 comentarios:

José Valle Valdés23 de octubre de 2015, 18:07
Bien musical el poema, amigo. Abrazos
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Luvar26 de octubre de 2015, 13:18
No es mio el mérito, sino de las musas que tocaron la lira
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José Valle Valdés26 de octubre de 2015, 15:44
Pues, bravo por las musas
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LA POESÍA

La poesía tal como lo definía Vicente Huidobro, es la suprema construcción del espíritu humano y algo así como el símbolo de todas las facultades, de todos sus anhelos y de todas sus energías; tal como la defino yo, el verso es una andadura, una huella de lo vivido, un pensil, conocimiento de una imagen más allá del sentimiento, un beso de tus labios tatuado en los míos. Sube de los suburbios del alma, se hace señorío en el poema, es agua de lluvia en el papel, y gota de rocío en la piedra, un destino de libertad y un apaga fuegos en el domicilio del yo.

Pero en la actualidad se encuentra extraviada y confusa, frente a los extraños acontecimientos sociales de nuestro mundo, donde la ciencia y la tecnología han roto la esencia humana por su aprovechamiento antinatural, aplicándose no al bienestar común, sino a las guerras, demostrando que la sociedad no estaba preparada para cambios tecnológicos tan rápidos, ni madura para absorberlos hacia un progreso real, como así mismo, la técnica no estaba suficientemente elaborada como para producir nuevos elementos de felicidad y bienestar, sí, por el contrario, ha producido abuso social, corrupción y poder de unos pocos.

La poesía, heredera en este tiempo de incertidumbre, no puede dar verdades últimas ni un “por fin” definitivo. Mas se abre contra el sistema globalizador imperialista que cierra puertas
y se une a la conjetura contra la certeza total.

De ahí que sea una garantía de libertad para el pensamiento
creativo, el cual siempre estará a la expectativa de encontrar otras rutas y posibilidades: una nueva senda.

La poesía camina a tientas, con una estética cambiante, subversiva y enérgica, abriéndose camino por los sentimientos y emociones que produce la apocalíptica realidad social. Y es por eso que la poesía ya no puede ser melosa ni sensiblera, ni romántica, ha de ser como un dardo de la palabra -que decía
Fernando Lázaro Carreter- y ser reveladora de la cognición y el entendimiento, definitoria, denunciadora, intentando mover la inteligencia emocional del ser humano hacia la verdad y la ética.

La poesía ha de ser arte y desastre, desbloquearse del arte antiguo y políticamente correcto, incluso de los regímenes lingüísticos. No debe quedar sólo en los claustros virtuales de Internet. Su guerra está en los libros, en la voz de la voz, en
campos de libertad, en la creatividad y en la historia.

El poeta ha olvidado los actos poéticos, el esencialismo, y los
fundamentos últimos de lo poético como formas necesarias para la vida.

La poesía ha de construir puentes nuevos hacia el futuro cruzando desiertos, intentar nuevos retos que no supongan, ni éxitos personales, ni mercado literario, ni encumbramiento de eruditos, sino ha de ser un lenguaje de conciliación que remueva conciencias al servicio del pueblo en sus reales
necesidades morales y emocionales.

"La poesía, como formación constante del asombro y sin miedo ante los senderos misteriosos que recorre, está dispuesta siempre a cambiar de piel, pero sin dejar abandonado el cuerpo en el campo de combate. Estamos seguros que no se da por vencida, de allí su gallardía invencible y eterna." (Emil Azaña
Vazquez)

© Luis Vargas

ENSAYOS Y POEMARIOS

Las musas (a mis amigos Bego y Pichy)

jueves, 22 de octubre de 2015

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