La madrugada
sus entidades de indiferencias
Los muchachos de la esquina
narcotizando su regocijo
El criminal que cruza el parque
cubierto como un vampiro en
acecho
y el tiempo que se extiende
en la angustia de las víctimas
Es la hora del suicidio
y de los estremecimientos
A los tragos del relente
cianúrico
se perfora la decencia
y la piedra en la honda de
David
es insignificante para la
lengua
del gigante que sondea los
esófagos
quebrando los dientes filosos
del albur
en las duras bocas de los contradicentes
Pichy
Este poema es una composición extraña porque los versos no tienen coherencia de continuidad y pareciesen estar escritos a salto de mata, como gazapos que huyen de algún cazador.
ResponderEliminarEn las madrugada,
los muchachos de la esquina
parecen entidades de indiferencia
que narcotizan su regocijo
como el criminal que cruza el parque
cubierto como un vampiro en acecho
y el tiempo que se extiende
en la angustia de las víctimas
Debe de ser porque no tiene puntuación.Sí, la idea es de pinceldas sueltas. Debes puntuarlo a tu gusto al leerlo. No sé si así
ResponderEliminarLa madrugada,
sus entidades de indiferencias,
los muchachos de la esquina
narcotizando su regocijo,
el criminal que cruza el parque
cubierto como un vampiro en acecho,
y el tiempo que se extiende
en la angustia de las víctimas:
Es la hora del suicidio
y de los estremecimientos,
a los tragos del relente cianúrico
se perfora la decencia,
y la piedra en la honda de David
es insignificante para la lengua
del gigante que sondea los esófagos
quebrando los dientes filosos del albur
en las duras bocas de los contradicentes
Así está mejor, pero sigue sin gustarme. Lo siento
ResponderEliminarNo tienes porqué sentirlo, amigo. No tiene porqué gustarte. Muchas gracias + Abrazos
EliminarCreeo que este poema comienza con una enumeracion, muy larga, de hechos catatónicos a los que le falta introducir la segunda estrofa para una mejor comprensión, y ritmo. Te pongo un ejemplo, que seguramente no sea el más apropiado.
ResponderEliminarLa frialdad de la madrugada,
marca la hora del suicidio
y de los estremecimientos.
Los muchachos de la esquina
narcotizan su regocijo,
a tragos del relente cianúrico
Se perfora la decencia.
El criminal cruza el parque
cubierto como un vampiro en acecho,
y el tiempo se extiende
en la angustia de las víctimas...
La piedra en la honda de David
es ínfima para la lengua
del gigante, que sondea los esófagos,
quebrando los dientes filosos del albur
en las duras bocas de los contradicentes.
Contradicentes, no logro encontrar significado, aunque me hago una idea.
Besos
Muchas gracias, amiga. Noto tus observaciones y propuestas, que me resultan atinadas.
ResponderEliminarBien lo describes, amiga. Uso de la catatonia, con toda intención, porque deseo una introducción caótica —tal me vino a la mente—. No tengo la menor intención de que el lector comprenda...no quiero contarle nada: sólo quiero expresar pensamientos y sensaciones.
Pienso, y propongo, debemos profundizar en este tema de la comprensión y el entendimiento en los poemas. Les confieso, que a veces, llevado por vuestros gustos —o formas—, me siento en la obligación de escribir con claridad...y noto como el intento de poema, pierde emoción y espontaneidad; aunque gane en la aprobación de UDs.
Leyendo las recomendaciones de Luvar, me he dado a leer ensayos y críticas sobre poesía. Especialmente los escritos de Enrique Saínz —considerado uno de nuestros mejores críticos, aunque, no es poeta— y los de Víctor Fowler —por ser poeta de mi preferencia; aunque a veces me cuesta trabajo entender sus valoraciones—.
Entonces me viene a la mente un fragmento, de una respuesta de Lezama a Jorge Mañach, que dice no entender sus poemas:
“entender o no entender carecen de vigencia en la valoración de la expresión artística”
Pues, les propongo discutir al respecto, darle taller a este asunto, y, a los conceptos de Octavio Paz —del que algo estoy leyendo, y con el que me identifico con facilidad—.
Claro, esto es si UDs están de acuerdo con la propuesta. Porque no caben dudas: hay teóricos que llaman a la claridad, otros a la emoción, otros defienden el hermetismo y el intimismo, y así se va formando ¨una lucha de contrarios¨—en el sentido filosófico—, donde, al menos yo, me voy perdiendo. Además, noto que las interpretaciones de algunos versos de insignes poetas, vienen marcadas, por interpretaciones dadas por un primer crítico —de +- reconocido prestigio—, y que todos van siguiendo, repitiendo como si el propio autor, se las hubiera confesado.
Qué dicen…discutimos o no, el asuntito?
Besos, Bego.
Todo poema expresa pensamientos y sentimientos motorizados por las sensaciones, pero insisto, hay que hacerlo con palabras y modos verbales, por lo tanto, el poema exige, coherencia lingüística o gramatical y todos los versos deben enlazarse de alguna manera, porque si yo escribo:
ResponderEliminarmierda
estuve en el mercado y compre pepinos
ser o no ser
y si pienso luego existo
el burro lleva las aguaderas
duelen los colores uniformes
amor, amor, amor,
siempre la luciérnaga
encandila mi mente.
Pues a lo mejor, ni quiere decir nada, ni es un poema sudado, estructurado, guiado, pensado, sentido y bien escrito. ¡O a lo mejor sí!
Pero aquí nadie obliga a nadie a escribir con claridad, es el espíritu el que obliga a tener claridad contra el caos. Y el lector también obliga. La locura es una cosa de locos.
Hombre, tú siempre con tu afable decir!
ResponderEliminarNadie habla de obligaciones, amigo. Bego me da una idea muy buena...pero cambia el sentido del poema —aunque, la tengo muy presente; por si me convenzo de que no logré el poema—. Si insisto es porque me queda la duda, porque sigo pensando que es entendible, porque, hasta en la narrativa, existen cuentos y novelas, que comienzan ambientando la escena con pinceladas...que pueden, a primera vista parecer incoherente...cuántos ejemplos pudiera presentarte! Pero, no es el caso. Lo que quiero es lograr interiorizar el tema, porque de resultarme como dices, tengo que dar un paso atrás, y recomenzar a asimilar algunas cosas que tenía por dominadas —incluso tratadas en el curso de escritura creativa—. Vamos despacio:
La madrugada,
sus entidades de indiferencias,
los muchachos de la esquina
narcotizando su regocijo,
el criminal que cruza el parque
cubierto como un vampiro en acecho,
y el tiempo que se extiende
en la angustia de las víctimas:
HASTA AQUI, UNA ENUMERACIÓN DE ACCIONES QUE OCURREN AL REGUARDO DE LAS SOMBRAS la madrugada es un tiempo de indiferencia —porque, la mayoría duerme—/ en la noche, al menos acá, se ven los muchachos en las esquinas, grupos, fumando y/o bebiendo y/o consumiendo drogas —creo que es así en todo este mundo—/ la noche es horario de faena, más común, para todos los criminales —asaltadores, ladrones, etc—/ en la noche todas las víctimas sufren más, el tiempo ¨se hace lento¨—si te dan ina puñalada a las 1200 encontrarás quien te lleve hasta un médico, o llame a emergencias, ahora, esa misma puñalada a las 0300 la sufrirás mucho más, y difícilmente encontrarás ayuda.
AHORA FÍJATE QUE ESTA PRIMERA ESTROFA, TERMINA EN DOS PUNTOS Y APARTE, lo que crea un nexo con la 2da.
Es la hora del suicidio
y de los estremecimientos,
ASEVERACIÓN MUY REAL
a los tragos del relente cianúrico
se perfora la decencia,
METÁFORA BIEN CLARA —sabemos que de noche, todos nos relajamos un poco...y muchos olvidan hasta la decencia—
y la piedra en la honda de David
es insignificante para la lengua
del gigante que sondea los esófagos
quebrando los dientes filosos del albur
en las duras bocas de los contradicentes
YA ESTOS ÚLTIMOS VERSOS SON ALGO HERMÉTICOS; mas, si te detienes en ellos puedes deducir, que David con su honda logró vencer a Goliat, pero aquí en esta lucha, resulta insignificante —lo que quiere decir, al simple análisis, que hablo de una lucha mayor que la de David—. Deducirás, por igual, que este Gigante tiene el poder de saber lo que dices, de tapar las bocas, rompiendo los dientes de los que le contradicen...qué gigante tiene ese poder? Aquí, allá y acullá, ése gigante se llama Estado.
No has notado enumeraciones, por ej, en la poesía de Lorca...Verde que te quiero verde
Romance sonámbulo
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero ¿quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
VIENE LA GUARDIA CIVIL!
Ahora te pido que respires profundo, te llenes de paciencia...y no dejes de responderme. Tienes que iluminarme! No te rindas, te lo he dicho: conmigo te queda mucho trabajo, que no asimilo con la velocidad que quisiera...y, no expresarte con toda sinceridad lo que pienso, sería un insulto a tu esfuerzo.
Fuerte abrazo
Yo sólo me he atenido a tus propias palabras:
ResponderEliminar" llevado por vuestros gustos —o formas—, me siento en la obligación de escribir con claridad...y noto como el intento de poema, pierde emoción y espontaneidad;"
Pero vale. Conforme.
Sea, amigo. Sigue sin convencerte; seguiré dándole taller.
ResponderEliminarAbrazos