Adentre
los índices en los fundamentos,
desfile este surgidero rojo
desfile este surgidero rojo
pisando
las lamentaciones generacionales
con
la fuerza de quien tiene la mente
en
el futuro,
y
el pan se endurecerá sobre su mesa.
Las
calles que le dificultan el paso
se
adoquinan con lamentaciones anteriores
a
la devastación de las actuales plagas,
porque
donde había fraternidad y convicciones
comenzaron
a brotar estas aguas negras
de
lóbregas resoluciones del absolutismo
apremiado
y exultante de un milagro,
cuando
no hay dios para tanta fortuna.
Pichy
No me gusta este poema:
ResponderEliminarLa poesía es el resultado de la luz de una antorcha que alumbra una estancia oscura. La artesanía de unas manos que conforman con un metal, un papel o una madera, una figura sugerente, parecida a una realidad natural como sinónimo verbal de una palabra. Una creatividad que ajusta las palabras de manera tan perfecta, que produce estremecimiento, dolor o alegría, belleza y pensamiento, hondo sentimiento y emoción.
Y todo esto se lacra con estampaciones de cuñas personales que nombran al poeta, cuando, el poeta es un maestro de la expresión, revelación y profesionalidad del lenguaje, cuyo uso, es el ritmo interior que constituye un impacto en el que lee y queda profundamente “endorfinado”, o al menos, siente que se lo dicen a él y le hace pensar en su vida.
Si no se realiza este misterio, no es poesía.
Salpicaduras húmedas
en la brecha que abre las entrañas
olas de mar que se rompen en espumas
y moja y penetra y cura y sana...
Así como decía Machado, por ejemplo:
“como un olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido”
Le han salido con el verbo bien plantado
al expresar en un orden perfecto
y en muy pocas palabras bien dispuestas,
la música del loor que trama esperanza
como el rezo final del amor
por la muerte de su esposa.
Notado, amigo. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarAbrazos
Yo también lo tendré porque ami tampoco me sale nada que merezca la pena...
ResponderEliminarNo digas eso, Hombre, que ni los pájaros puden volar siempre. Si todo lo que escribimos es de valer, estaríamos, al menos, para el Cervantes. Uno escribe...y siempre , hasta los grandes lo confiesan, quedan sus dudas...entonces, nosotros lo traemos a la Senda, porque seis ojos ven más que dos —amén de que tus pupilas azules sean privilegiadas—, y, de aquí sacamos conclusiones y corregimos o desechamos.
ResponderEliminarSería muy aburrido, el que todos coincidiéramos siempre, el que todo lo presentado fuera de aplausos...nos convertiríamos en algo parecido a los sitios que conocemos. Este es nuestro Taller, nuestro Grupo. Sabes que el, por ti conocido, Grupo Orígenes, se entablaron grandes discusiones. Sí, antes de publicar cualquier cosa, se discutía entre los miembros, se señalaban errores, se les daba ¨taller¨. Algunas discusiones fueron agrias, porque Lezama era duro al criticar...bueno, de ahí sus grandes ¨broncas¨con Virgilio Piñera. Pero, con sus desavencias, lograban trascender, y ese Grupo dejó muy bnos poetas, escritores, intelectuales en general —incluso algunos que publicaron poco dentro del Grupo, más tarde se destacaron—.
Ala, hombre! Que según tú mismo, hay que escribir todos los días...y eso trato de hacer. Voy en coche, con los que te han gustado ultimamente.
A escribir!
Quizá la velocidad dentro de los coches te venga bien para escribir...jejejejeje...lo que quiero decir es que hay que tener en cuenta a los clásicos, siempre
ResponderEliminarSea!
ResponderEliminarMira, para decirte algo, el poema, que da nombre al poemario ¨La isla en peso¨de Virgilio Piñera —que ahora en la antología que tienes, La isla en versos, lo toman como referente—, fue causa de tremendas discusiones. Sobre todo, fue duramente criticado por Cintio Vitier —que le dedicó un artículo y un ensayo—...se dijo que era hasta antipatriótico...y todo porque dice ¨la maldición del agua por todas partes¨. Ya ves, te darás cuenta que no sólo iban a las formas, se metían hasta el contenido. También, la homosexualidad manifiesta de Virgilio, le ganaba muchos enemigos —que ahora no me queda claro lo que somos; pero fuimos un pueblo muy machista, donde ser homosexual o cabarde era una forma de muerte moral—.