jueves, 17 de julio de 2014

SIN EXIGENCIAS



Qué la luz no me ciegue, 

que la sombra no me tenga como su única posibilidad,

para que digan que justicia hizo.

Qué coexistiendo con las horas más delgadas

no me exijan la intrepidez  del más alto vuelo,

cuando no guardo ni un pañuelo de la belleza;

porque me obligaron a otros usos

y no alcanzó la tela para achicarme

las aguas de tantos reveses.


Cómo cantar la hermosura que me negaron,

atribulado por los dogmas filosofales —y filosos—

de una rala fealdad, donde lo bello olía a burgués.

Renacer a la poética como la voz del buen gusto

luego de tanto realismo panfletario

conlleva su tiempo y liberaciones.


Quienes juzguen estos versos no me conocerán

ni se harán cargo de la época:

digo, porque lo más seguro es que nadie los lea.

Aunque, al final, poco ha de importarme

si alguien los lee o mis hijas los echan al cesto.

Sentí la imperiosa necesidad de escribirlos

y el desahogo me alivió la boca.

Feliz del desembarazo me regalo el gozo

que sin tributación alguna,

por mis reales asumo.


pichy

2 comentarios:

  1. Te corrijo, sólo el tercer verso, pues a mi parecer, a veces, haces frases desorbitadas cuando se puede escribir lo mismo con más claridad, armonía y arte rítmica: el poema es bueno, intimista y, particularmente, se destaca la emoción del poeta que se da cuenta que la libertad es muy importante y no es libertad estar subsumido a las doctrinas que rasan, lavan cerebros, y llenan de convicciones erráticas las almas nobles.

    Qué la luz no me ciegue,

    que la sombra no me tenga como su única posibilidad,

    que no digan que se hizo justicia.

    Qué coexistiendo con las horas más delgadas

    no me exijan la intrepidez del más alto vuelo,

    cuando no guardo ni un pañuelo de la belleza;

    porque me obligaron a otros usos

    y no alcanzó la tela para achicarme

    las aguas de tantos reveses.


    Cómo cantar la hermosura que me negaron,

    atribulado por los dogmas filosofales

    de una rala fealdad, donde lo bello olía a burgués.

    Renacer a la poética como la voz del buen gusto

    luego de tanto realismo panfletario

    conlleva su tiempo y liberaciones.


    Quienes juzguen estos versos no me conocerán

    ni se harán cargo de la época:

    digo, porque lo más seguro es que nadie los lea.

    Aunque, al final, poco ha de importarme

    si alguien los lee o mis hijas los echan al cesto.

    Sentí la imperiosa necesidad de escribirlos

    y el desahogo me alivió la boca.

    Feliz del desembarazo me regalo el gozo

    que sin tributación alguna,

    por mis reales asumo.

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  2. Muchas gracias, amigo.Sí que tienes razón, noto observaciones.

    Abrazos

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