jueves, 10 de abril de 2014

SUMA Y SIGUE

Escribo poesía, porque tú
re-calculas lo escrito:
divides los versos, cuentas estrofas,
sumas imágenes a la realidad
que te llevan a otro poema...

Nacen nuevas palabras,
como la cola de una lagartija,
con síntesis, sin vertebras
ni escamas.

Y juntos, multiplicamos
la posibilidad de conseguir la fórmula
que elimine la cruel+d+a+d.
-Sufijos que se ceban con el hombre
dando lugar a mas sufijos...-

Si no, de qué sirve ser matemático
o acaso pensabas que era poeta.

Begoña M. Bermejo

16 comentarios:

  1. Muy bien me resulta,amiga. Dices con gusto y buen ritmo.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Debo confesar que hace mucho que no leo poesía ni la escribo. Que he perdido el hábito de calcular, exponer los estigmas de las palabras y contar las estrofas que hay en la atmósfera y ofrecerlas en rito sagrado, extrayéndoles su sangre y sus entrañas, para que el dios Apolo pudiera comunicar con las musas. Calíope me negó, de nuevo, la elocuencia y la fe en la poesía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escucho trompetas de abandono. ¿Debiéramos tomar todos la misma partida? quizás, solo en la infinitud de nuestros actos, deseos, temores... está la poesía.

      No te escondas tras la koiné literaria, esta es tu historia Polibio.



      Eliminar
    2. Yo no oigo nada,
      toco la madera y huelo,
      abarco lo sensible,
      no sé lo qué es la "koiné"
      y espero no huir
      y hablar con Polibio
      de éste asunto.

      La historia de la poesía
      son momentos de angustia y felicidad
      que se superponen
      en un sin fin de lapsus.

      Ahora estoy insensible.

      Perdonad

      Eliminar

    3. A partir de la unificación de Grecia bajo Filipo de Macedonia, el dialecto ático, ligeramente alterado en contacto con los demás dialectos, se impuso como lengua literaria en toda Grecia y se extendió con las conquistas de Alejandro Magno a todo el Oriente.

      En este periodo, llamado helenístico, el dialecto ático, hablado por las clases cultas, los mercaderes y los emigrantes, se convirtió en lengua común por todo el Oriente Próximo. Al mezclarse los griegos con otros pueblos, la lengua cambió; el ático se convirtió en la base de una nueva forma del griego, la koiné (la norma), que se extendió por todas las áreas de influencia griega. Durante el imperio helenístico la koiné fue la lengua de la corte, de la literatura y el comercio.

      Esta gradual divergencia de la lengua de Platón y Demóstenes fue contemplada por los puristas como una decadencia, marginando su uso escrito lo que creó una sima entre la lengua cotidiana y la arcaizante, poniéndose de moda publicar manuales de buen uso de la lengua en los que equivalentes áticos de las innovaciones koinés eran recomendados para la imitación del estudiante.

      El dialecto así formado se llamó lengua común -he koine dialektos- y en ella escribieron sus obras, entre otros, el Filósofo Aristóteles, el historiador Polibio y el moralista Plutarco. Asimismo este dialecto constituye el fondo del griego bíblico, así del Antiguo como del Nuevo Testamento, siendo la base de la traducción de la Septuaginta hecha en el siglo III a. C. Numerosas inscripciones permitieron a los estudiosos trazar su progresión a expensas de los antiguos dialectos, al menos en la lengua del comercio y de la administración, aunque algunos dialectos rurales lograron sobrevivir hasta el siglo II d. C. La koiné fue la lengua coloquial en el Egipto urbano, pudiendo estudiarse su existencia por los papiros que se remontan hasta el siglo IV a. C. A grandes rasgos se puede decir que su periodo se extiende desde las conquistas de Alejandro en el siglo IV a. C. hasta el reinado de Justiniano en el VI d. C.

      Durante el período bizantino la lengua griega perdió su antiguo carácter, por la evolución de sus formas y por la mezcla de elementos extraños, dando origen al griego moderno.

      Dialectos

      La koiné se dividió en dos niveles: la literaria o culta y la lengua vernácula o popular. Usaron y hablaron la lengua culta las clases superiores educadas que hasta la conquista romana mantuvieron una vida artística e intelectual plena de vigor e independencia, y aunque no olvidaron a los grandes escritores de tiempos anteriores, desarrollaron una lengua que expresara sus nuevas necesidades, concretamente las relacionadas con las ideas abstractas del ámbito de la filosofía, la gramática, las ciencias físicas y las sociales. A la vez se simplificó la lengua con la supresión de muchas formas gramaticales irregulares y también se produjeron algunos cambios fónicos. Se perdió la condición musical del ático de Atenas; se igualaron los valores vocálicos y los diptongos se monoptonaron.


      http://www.proel.org/

      Eliminar
    4. De merecer, amiga, este buen artícuklo que nos presentas.

      Beso

      Eliminar
    5. Hay que ver las cosas que sabeis gracias al copia y pega de internet...

      Eliminar
    6. Pero sin buril y escofina...

      Eliminar
  3. Contesta-poema de buen ritmo y decir.
    Aunque no sea verdad; vale lo bien que lo dices.

    ResponderEliminar
  4. Qué te perdone dios...aunque, sé que sumas y sigues escribiendo. No está mal el poemita

    ResponderEliminar
  5. ¿tanto pecado tengo para que me tenga tanto que perdonar tu Dios?

    ResponderEliminar
  6. Mi Dios dices...es que yo a ése dios y sus representantes no debo nada. Ahora, que tú...si le debes; no lo negarás. Uno, o el mayor de tus pecados —para con Dios— puede ser tu desidencia del rebaño —del que nunca un servidor fue parte—
    Me sigues?

    ResponderEliminar
  7. Supongo que s tu dios, porque yo no tengo dios. Sabes que no creo en esas leyendas antiguas, mientras que tengo entendido que tu sí, puesto que me hablas mucho de él, lo debes conocer. Mi dios es el poema que me ayuda, ningún otro al que deba algo.

    ResponderEliminar
  8. Sea —hay que leer cada cosa— Mas, te dejo tranquilo.
    Abrazos

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.