martes, 6 de agosto de 2013

Apuntes sobre la poesía como creación artística



De mucha ganancia a la comprensión del arte poético me han resultado las lecturas de algunos textos y ensayos de Octavio Paz, Adriano Corrales Arias, Víctor Fowler Calzada, Luis Vargas Alejo, Ricardo Peter, Paul Valéry, Francisco Martínez, y algunos más. Me han llevado a pensar en lo medular, en la génesis, de la creación artística y la poesía —muy en especial—. A la luz de estos textos, y en plena coincidencia con los conceptos y definiciones enunciados por unos , y, en dudas o discrepancias con otros: la poesía me resulta arte mayor; infinita en sus interrelaciones con las demás artes, para elevarse a las más altas emociones y estremecer las fibras del intelecto humano, como ninguna otra; porque es arte de sugerencia y subjetividad liberal, de ideas estremecedoras  —particulares o abarcadoras—, creativa de otros mundos y otras relaciones (donde sucede lo imposible, y se destrozan todos los límites y cánones); puede pintar con palabras una orquídea, o crear miles de orquídeas diferentes; suele ser sumamente perturbadora y reveladora; y, como ninguna otra creación artística, lleva en sí lo cognoscitivo, o lo involucra en su meta-diálogo con el lector  —porque en ella se recrea y vive la gnosis, en plenitud de conciencia, sabiduría y razón—.

Cuando nos admiramos ante una obra plástica, lo primero que nos viene a la mente, es: “la poesía que encontramos en la pintura, o la escultura”. Sí, porque al decir poesía, definimos la mayor emoción que nos causa, el supremo arte que encontramos en cualquier obra; no hay otro vocablo que mejor lo exprese.  Bien se plantea que la obra de arte, se realiza como tal en su interacción con el espectador; ya singularizando a nuestro interés, tenemos que el poema se realiza ante / y en el lector. El poeta escribe un texto, pretendiendo la poesía, el poema, que presenta a lectura, y, en la respuesta de los lectores es que alcanza su validación. Claro, ya el poeta “establecido”, ése intelectual de amplias luces, con voz propia y dominio de la lengua y el arte de la poética; tiene las herramientas y el oficio, para auto-validar su obra. Aunque, siempre mantendrá una beneficiosa duda —nacida del propio dominio; que le llama a la mayor exigencia—, porque, ya vencida la ansiedad del principiante por verse editado, busca el crecimiento con mayores metas; no le duele tachar y desechar. Esto se denota en los cambios que podemos ver en algunos poemas, de reconocidos poetas, de una edición a otra; porque, está latente el deseo de “pulirlo”, según va mejorando su oficio. Incluso, no dejamos de escuchar los arrepentimientos, sobre obras publicadas en sus comienzos. Lo que manifiesta claramente, que el camino de la poesía requiere de un constante aprendizaje, y que según se avanza en éste, cambia nuestra apreciación, amén de que se van imponiendo nuevas formas, las imágenes envejecen, no son los mismos lectores, etc.

Cada generación requiere su discurso, para lograr sus emociones; aunque, demostrado está, hay geniales, llamados clásicos, que logran perennidad, pasando de generación a generación. Son los poetas de siempre, los que permitieron llegar al presente, y es y lo será por mucho, necesaria su lectura; porque hay que conocer de dónde nos viene el arte poético, para saber y comprender hacia dónde va —y hacia dónde vamos, los que la intentamos—, sin perder su esencia, su función de emanar  belleza y sublimar el espíritu del hombre en el escalamiento hacia las cumbres dignificadoras del hacer social, donde se enaltecen las virtudes.   

Las crisis, las desventuras, las calamidades y acaecimientos deplorables, en los espacios socio-históricos, tanto de uno / como de todos, provocan las mayores producciones  artísticas, aumentan los creadores prolíferos, y, por ende, son tiempos de mucha poesía, emergen muchos poetas: porque el hombre busca refugio o compensación-liberación en la poesía; que le posibilita el discurso de las inconformidades, su explicación del mundo y los sucesos sociales; es una válvula de escape a la asfixia de la impotencia, llamado que señala el mal, despierta al bien y mantiene la esperanza en el mejoramiento humano. La poesía recrea un mundo nuevo, nos lo presenta, nos reafirma la posibilidad de ése mundo que señala la filosofía, política-social, de las mentes progresistas. La poesía es en sí, revolucionaria y emancipadora:
“La poesía discursa a las almas / embelleciendo los supremos accionares / en que el hombre se decide por lo bello, / en las cuerdas que se descubren a la música, / allá en los recónditos lazos de la mente / con las místicas tribulaciones astrales /
del arrebato social por cumplir la vida”.

La creatividad es enteramente personal, nace desde el inconsciente para realizarse en la conciencia. Es intuitiva, no lógica, y por ende, emocional. Surge como arma contra los límites del hombre, permitiéndole ir más allá de todo. Expresión del recóndito deseo de perfección que angustia al hombre, y que en la poesía se libera; porque esta revoluciona éste y crea otro mundo —donde no hay imposibles; no hay límites—.

La poesía nace de las circunstancias, en las relaciones y señales en que se desarrolla el poeta. La necesidad de decir hace al poeta; aunque, signado por el talento y su desarrollo intelectual, necesita de esa necesidad de comunicación, de esa urgencia por abrirse y exponer su espiritualidad emocional para lograr la poesía, el poema. Quien no sienta la necesidad de decir; poco logrará la emoción, por lo que le será difícil, lograr ésta en el lector. Para transmitir, hay que sentir.

Existe una especie de predisposición en los que se deciden por la poesía, que se va desarrollando con los conocimientos y el dominio que va adquiriendo, mientras busca su “voz” y el dominio del oficio. En las artes como en las ciencias se dan los casos de los llamados “prodigios”; pero son contados. Lo normal es que el que decida el camino a la poesía “sude cada verso”. No es serio aquello de “escribir como me sale del alma”, no. La poesía es un ejercicio intelectual exigente. Me valen las palabras de Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Vale la tenacidad por encima de la casualidad; el que espera que las musas le dicten el poema, quedará en el intento. La clave del poeta es escribir, leer, escribir, leer a diario, hasta el hábito: donde no pueda estar sin escribir, hasta que le resulte una necesidad ineludible.

Suele diferenciarse al poeta del escritor (narrador, ensayista, etc), aunque ambos utilicen la misma herramienta: la palabra. Al respecto he leído diversas opiniones y definiciones, algunas encontradas, otras acusan vaguedad. A la luz de mis introspecciones, me queda claro, que el poeta, por sobre otras consideraciones, ha de ser un intelectual de adecuada inteligencia y gran intuición, de amplia cultura, con talento y sensibilidad singulares, que le posibilite la observación penetrante de la naturaleza física y humana, y la facultad de adelantar sus ojos más allá de los límites objetivos, penetrando los rincones más apartado de los aspectos socio-culturales-filosóficos.

En la poesía está la sal de la utopía y se realiza el apareamiento más fiel de la filosofía con la creación artística-intelectual. Es un arte intrínsecamente filosófico, en su mundo ejercita las pasiones y las objetividades imbricándoles con los procesos socio-culturales desde ópticas filosóficas.

Reveladora y creativa, en su funcionalidad, la poesía despierta y crea conciencia:
Las épocas, los rompimientos sociales, han tenido sus poetas necesarios.
La poesía nos ha dejado un rico legado, para reconocernos como seres sociales, y seguirá acompañándonos, nos resulta imprescindible; porque, es la forma  más amena y de mayores posibilidades, que se tiene para expresar las ideas del talento, ante los discurso del poder —tal se encarga de demostrarnos la historia— Aún alcanzada la utopía del poder colectivo y justo, ha de mantener su función creadora e incitadora de la belleza para el mejoramiento humano.


José Valle Valdés











6 comentarios:

  1. Has entrado en el mundo del ensayo poético y el estudio de la poética. Sólo te falta no hacer caso de lo que te digan los demás sobre tus textos, sino seguir investigando y quien te diga que eres muy conservador o muy progresista, no le repliques, seguramente, siente que, lo que has escrito, lo hubiera querido escribir él y no pudo.

    ResponderEliminar
  2. Ala, que aquí está mi mano guiada por tu sabiduría.

    Sí, que el curso, me ha llevado al estudio de la poética...repasando todo lo que me has explicado, y, aunque, sé soy un mal discípulo, eres un buen maestro; porque mis evaluaciones han sido de excelentes.
    La diferencia es: que vos no ponéis tareas, y la profesora sí, jajaja.

    Tengo que leer más sobre la técnica del ensayo; tengo material recolectado en Internet, que estoy leyendo poco a poquito. Amén, de que el próximo curso de Escritura Creativa, deben tocar algo, y, en el nuevo curso sobre textos —que no recuerdo el nombre—, sí está el ensayo entre los contenidos; por lo que cuando termine el de Creativa, voy por el otro…vaya, que de ésta, y gracias a PsP (de la que me han nombrado “Miembro Fundador”; lo que significa, miembro vitalicio sin pago, y, con todos los derechos), me hago escritor “titular”. Claro, que no escribiré ensayos sobre la poética; los intentaré sobre temas, que creo, dominar.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. A las alturas subí
    y a las llanuras bajé
    y en todo momento hallé
    coñac Fundador Domec.

    ¿Te han hecho fundador o fundamentador? !Qué barbaridad lo que dan de sí mis pobres enseñanzas¡

    ResponderEliminar
  4. Pues sí que sus enseñanzas valen, cómo no; me has brindado la teoría y los consejos necesarios, me has armado para enfrentar el poema...lo que, parece que me llegan un poco tarde. Sé lo que es un buen poema; lo que no sé es hacerlo. Es con el DT de un equipo de futbol, que nunca ha sido jugador, él domina la táctica y la estrategia, sabe preparar y dirigir a sus jugadores, etc; lo que no sabe hacer él. O como algunos críticos, de cualquiera de las artes, que analizan lo que no son capaces de hacer.

    Me han otorgado la condición honorífica de Miembro Fundador, lo que lleva a subscripción vitalicia, exenta de pago y otros beneficios…

    Fuerte abrazo

    (Hoy tengo la conexión pésima; no imaginas lo que estoy sufriendo, para mantenerla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "que nunca ha sido jugador, él domina la táctica y la estrategia, sabe preparar y dirigir a sus jugadores, etc; lo que no sabe hacer él. O como algunos críticos, de cualquiera de las artes, que analizan lo que no son capaces de hacer"

      ¿me estás definiendo inconscientemente, verdad?

      Bien, me alegro que mis enseñanzas te hayan servido. Y ahora espero que seas un buen poeta porque tienes madero para ello. Si no hubiera sido así te hubiera cobrado mis clases, porque yo -has de saberlo- vivo de esto, aunque no cobre. ¡Bendito tú que te dejaste enseñar por un burro!

      Eliminar
  5. Pero, qué dices! Cómo se te ocurre que sea capaz de estarte definiendo de esa forma! Hazme el favor de leer bien lo que digo. Mira, que no debo decirlo ni jugando, pero; primero hasta maricón, que mal agradecido. Los hombre no muerden la mano que les alimenta. Uff, mira que dar esa interpretación a mis palabras...no me imagino en qué pensabas mientras leías. Ten la amabilidad de leer bien, y rectificar. Abrazos

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.