Noticias nos van llegando
en los signos externos que se acumulan
como guijarros pulidos por el tiempo
que se desprenden como cantos rodados.
Alguna carta escrita con cifrados mensajes,
que algunos encriptaron en manuscritos
escudriñan observadores curiosos
para revelar secretos a voces, como símbolos
naturales, que no
tienen interés.
Aunque la fuerza de lo oculto
sea más potente que lo visible y tangible
y los vientos se aperciban,
qué predicciones podemos hacer
cuando cambian su rumbo
voltean las nubes
y dibujan en el éter caprichosas formas
como códigos literarios de los cielos.
Augurios noticieros, flashes de terror
con obsesiones personales,
absorben la luz del poder y lo transmutan
con tendencias destructivas,
y aparecen los mensajes de austeridades
necias, recortes, dolencia, abundancia
tiránica de dejar al pueblo vivir
al cielo raso: ¡que se muera!
No somos roscas sin fin, tenemos tope,
y quien aprieta de más está loco
o desconoce que las válvulas pasadas de rosca
son bombas de relojería.
Los signos externos anuncian destrucción.
© Luis Vargas Alejo
Me resulta un buen poema, amigo. Con claras imágenes y buen ritmo.
ResponderEliminarAbrazos
No encuentro torpeza, me parece un poema excelente.
ResponderEliminarBesos
Gracias Bego, gracias Pichy: sois muy amables conmigo
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