viernes, 21 de junio de 2013

Acrobacia socializada



     

Jornadas de asaduras,
tiempos de precipitaciones,
ciclos de modelos resquebrajados
y de bitácoras extraviadas,
épocas de condenadas pieles
al límite de los abismos,
perpetuos cursos paralelos
germinan los días de sujeción.

El ánimo que esmeraba,
incluso debajo de los cuchillos,
de su aliento desanda,
tal la filantropía carente.
Cuando la alborada se relega
innova acariciar extraños rostros
y vislumbra su soledad
manejable y superflua.

Le imperfecciona ver acrecentarse
las fortunas ostentadas
sobre los preciosos hábitos
de la decencia salvadora.
Odia el metal que beneficia
las gemas, en los patrocinios.

Sus vuelos no encuentran guías,
la ofuscación preexiste,
¿acaso su acrobacia experimenta
que remueve su infortunio,
asido al trapecio de la muerte?

La iluminación
fabula ciertos mareos.

Pichy

2 comentarios:

  1. Yo quise coger castañas
    de los castaños a la vera del rio
    mas sólo me encontré una ceiba
    y de su madera sagrada
    me hice una canoa con puntas de versos
    y navegué fluido abajo
    y me perdí en el mar.

    Y allí me estaba esperando
    -con tridente y todo-
    Neptuno, señor de las aguas profundas,
    hijo de Saturno y hermano de Plutón,
    y cambió mi nave por un delfín
    que me introdujo en el océano inmenso
    donde me estaban esperando las ninfas
    para una orgia de sueños inéditos...

    y allí morí de ambrosía y placer
    junto a Dionisio.

    © Luis Vargas



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