Enfrente
está el puerto con sus barcos
—escasos
hasta la dolencia—.
Los
observo a través de los fríos cristales
como
si fuese un turista más,
refugiándose
del sol
en
este lujoso bar, que imita otros tiempos
y
resulta un museable escenario.
Un
poco de mar siempre hace falta
ante
tanto asfalto,
para
que recalen los recuerdos
que
nos fijan a la tierra
y
zarpen en las madrugadas
los
deseos insurgentes.
¡Qué
bien la Isla, qué bien se ve la bahía,
desde
este presuntuoso bar!
Pichy
Aquí se rompe el ritmo en la segunda estrofa, pero el poema en general me gusta. Yo intentaria arreglarlo así o parecido:
ResponderEliminarAnte tanto asfalto
hace falta un poco de mar
para que recalen los recuerdos
que nos fijan a la tierra
y zarpen en las madrugadas
los deseos insurgentes.
Creo que es un bello poema, de verdad, de deseos internos de libertad y paz.
Muchas gracias, amigo. Tomo nota de tus observaciones. Me alegra verte comentar. Fuerte abrazo
ResponderEliminarMe ha resultado muy bien tu observación, en verdad se rompe el ritmo. Lo que al ´repararlo¨, me surgen muchas dudas con la estrofa anterior...y no encuentro una solución feliz!
ResponderEliminarEste poema me transmite añoranza de tiempos mejores y deseos de cambio, que se suceden en una realidad muy dolorosa: abandono, resignación.
ResponderEliminarMe gusta como lo has tratado, sus imagenes son muy buenas.
Besos
Muchas gracias, amiga. Qué alegría me da verte de regreso. Nomás recalas, y ya se ilumina la Senda.
ResponderEliminarBesos
Observo a través de los fríos cristales
ResponderEliminarcomo si fuese un turista refugiándose del sol
desde este lujoso bar, que imita otros tiempos
y resulta un museable escenario para ver la mar.
Notado, amigo. Gracias + Abrazo
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