Si como personas somos todos iguales
sin distinción de raza, sexo, color,
idioma,
religión, opinión política o de cualquier otra
índole,
¿por qué hay tantas diferencias individuales,
sociales y familiares y tanto privilegiado
en este mundo traidor?
Porque nada es verdad ni mentira,
sino que todo es del color, de los espejuelos
que llevamos puestos, cada uno sobre la nariz.
"Que sí, que sí, que sí, que sí,
que a La Parrala le gusta el vino;
que no, que no, que no, que no,
ni el aguardiente ni el marrasquino"
que a La Parrala le gusta el vino;
que no, que no, que no, que no,
ni el aguardiente ni el marrasquino"
Que ni todos somos iguales, que ni todos somos distintos,
que
a ti te gusta el vino, y a mí no me vino a gustar,
que tu eres un ilustrado, y yo les saco a los zapatos
lustre,
que tu andas por la derecha, y a mí me gusta la izquierda
que yo soy un bellotero, y tu comes jamón de bellota
que
tu vas a lo tuyo, y yo a lo mío,
y
lo tuyo y lo mío no es igual, pero son cosas...
muy
parecidas.
"Yo me subí a un
pino verde
por ver si la divisaba,
y sólo divisé el polvo
del coche que la llevaba.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo" ...
por ver si la divisaba,
y sólo divisé el polvo
del coche que la llevaba.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo" ...
© Luis Vargas Alejo
Bien rítmico, me resulta. Creo que te sobra un sexo en el segundo verso —salvo que busques métrica, para aumentar el ritmo.
ResponderEliminarAbrazo
No, amigo, es un error
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