a) Álef
El regreso puede secar un bosque.
J. L. F.
El puerto está seco,
las avispas ciegan el ojo de las aguas
pero lanzas una moneda
para que tu santo recuerde
y la calma de la caída golpea en el fondo;
las gaviotas, que casi se rinden, cubren las murallas.
No habíamos llegado
y, sin embargo, la luz ya era insoportable;
era el puerto lo que nos buscaba,
y todavía sobre sus espectros se desvive sin tocarnos.
Tan cerca estábamos y tan bien ahogados en la despedida
que nunca se nos vio partir.
José Luis Fariñas
Debajo
Como
si fuera vida o muerte lo van a defender.
Eso
que llaman honor y es intemperie, en
la
penumbra
de velas en la mesa del cuarto.
Forman
una mancha los goterones y delimitan
el
Ser. Con apenas muebles, la peligrosa rajadura
del
lavamanos y el techo poroso. En el espacio
como
jaula se tienden a pensar qué harán mañana
o en
la solución de una vida. Los padres de los
padres,
los hijos de los hijos, igual a una tara y dicen:
cuida
eso, defiéndelo con uñas, y dolor, con rabia.
Cuélgate
lo mismo que si cruzaras un abismo,
pues
llegaste al final si lo perdieras. Mátate
antes
o mata. Sí,
van a realizar cualquier cosa para dar
brillo
a la única medalla puesta en la entrada:
un
crimen, una hazaña, un absurdo, un salto
salvaje.
Lo único que tienen.
Víctor Fowler
PALABRAS
Intento
que las palabras
lleven un sonido peculiar:
un aumento de la voz muda
o un susurro ensordecedor.
Pero, no lo logro. Sólo,
se amontonan en el cerebro,
formando sudokus lingüísticos,
para resolverse en sopa de letras.
Y es que voy mucho al cine
donde no me dejan hablar.
Y si lo intento escribir,
la oscuridad me ciega.
Así que, he decidido
ir al teatro. Puede que allí,
entre sus luces, consiga un papel
para mis palabras.
Begoña Martínez Bermejo
EL VERSO
El verso es una andadura,
una huella de lo vivido, un pensil,
conocimiento de una imagen
más allá del sentimiento,
un beso de tus labios
tatuado en los míos.
Sube de los suburbios del alma,
se hace señorío en el poema,
es agua de lluvia en el papel,
y gota a gota, lo va agotando,
es un destino de libertad,
un apaga fuegos
en el domicilio del yo.
Luis Vargas Alejo
b) Imágenes
poéticas seleccionadas:
“las avispas
ciegan el ojo de las aguas”
“Eso
que llaman honor y es intemperie”
“un
aumento de la voz muda”
“El verso es una andadura,”
Son
significativas porque me traen remembranzas de ideas y vivencias; me llegan,
porque me siento identificado con las imágenes que despiertan en mi. Aunque
puedan resultar no muy “poéticas” para algunos; en mi mente se realizan con
poesía —con emoción—. Claro, el conocimiento personal de los 4 poetas
escogidos, me facilita la interpretación de sus imágenes.
No
existe un denominador común entre ellas.
La primera es una metáfora, donde el
poeta refiere, o recibo yo, que las dificultades —económicas y sociales— y la
contaminación ambiental han restado brillo, hermosura, a nuestra bahía; hoy
día, con pocos barcos y mucha polución. Fariñas busca la belleza en sus
imágenes (es un gran pintor —o, al menos, de mucho reconocimiento— que gusta
del surrealismo en la pintura y en la poética—).
Fowler, que es mi paradigma, va a lo
social y a la conciencia, gusta de un realismo sucio, muy particular; con mucho
de filosofía y sicología en su poética; así como desprecio por la forma (es un
verdadero pintor, de los lunares de la sociedad cubana), su meta es decir, dando
función de uso, a sus poemas, más allá del gusto estético, busca lo ético.
Begoña busca un realismo de actualidad, con versos “inteligentes” —versos
libres y blancos—; gusta de la ironía y giros sorprendentes, y suele lograrlo
con belleza semántica, más que de imágenes.
Vargas, gusta del realismo claro —pero; sin la lisura que le acompañó en
el pasado—, con pocas metáforas, algo de ironía, poco preocupado por las “grandes”
imágenes. Aunque, en su buen oficio, suele moverse entre muchas corrientes; sin
perder su sello, su voz. Su mayor preocupación es el buen ritmo, con la
espacialidad de las palabras, en orden rítmico —con buen decir—. Busca la
poesía de la conciencia, con versos libres y blancos, aferrado a la semántica y
la sintaxis. No gusta mucho de transgredir las reglas de nuestra lengua,
quizás, en el gran dominio de la misma, le repulse las construcciones
inadecuadas; pero, si gusta crear sus vocablos y agradables giros.