Reposo
por universos incompatibles,
y travieso me complazco
y travieso me complazco
en
alcobas
de camas inmensas,
de camas inmensas,
imantado
por celestiales mujeres.
Rumbeo displicente y etéreo
entre alegres multitudes,
me regalo las fragancias del gozo
y los amenos silencios naturales.
Espabilo encrespado, aturdido
por esta amalgama de hormigones,
donde impera el gris
Rumbeo displicente y etéreo
entre alegres multitudes,
me regalo las fragancias del gozo
y los amenos silencios naturales.
Espabilo encrespado, aturdido
por esta amalgama de hormigones,
donde impera el gris
ruidoso
de verbales urgencias
que alarman del albur de las esquinas.
Me acreciento convulsivo
mientras desciendo por las escaleras
mientras desciendo por las escaleras
hacia
la realidad de estas sucias calles
—desde
los contenes destrozadas—
y aventuro entre cientos de transeúntes
y aventuro entre cientos de transeúntes
extraviados
por ansiedades recurrentes
de
resoluciones extremas.
Un truhán finge su prisa
Un truhán finge su prisa
mientras
palpa descuidados bolsillos.
Maquillada
para la noche
revolotea
pretendiendo el resalte
de
su perdida juventud,
una
mujer que juega a la vida.
Desde
uno de mis altos tanteos
la avalancha de agruras
empantana mis pasos;
pero, una certeza me cobija,
la avalancha de agruras
empantana mis pasos;
pero, una certeza me cobija,
soy
de aquí, aquí soy,
más allá no tengo patria.
Me resulta un poema estupendo, que se puede sintetizar, pero que sus imágenes me trasmiten una decadencia social a la que día tras día hay que sobrevivir.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, amiga, por el grato comentario. Trataré de buscar sintetizarlo.
ResponderEliminarBeso