Tengo que aferrarme a un después
o terminaré envidiando la vida de mi perro.
A veces tengo miedo de seguirme engañando,
que a la inocencia de la juventud
se sume la candidez,
las conformidades de la edad.
Miedo de que mis palabras
me disfracen
o se me agoten.
Ya me desencuentro
en la niebla
de algunos días
que no revocan los usos,
mintiéndome los soñados triunfos.
Pichy
El poema me ha gustado mucho. Un poema de advertencia; agotamiento de una lucha interna sin resultados. Así me llega.
ResponderEliminarLa estrofa con la que comienzas habla por si sola, tajante, directa...es muy buena y en mi opinión la veo más en el final de poema, para sentenciar.
Besos
Muchas gracias, amiga. Sí que es un poema vivencial. Noto observación. Beso
EliminarBuen poema intimista. No creo que haya que cambiar de sitio ninguna estrofa
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. Fuerte abrazo
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