POEMAS
PERDIDOS
Cuando
no queremos encontrar los poemas
es
porque nos hablan de amores perdidos.
Un
rayo fantástico me enamoró de tu ser
haciéndome
trizas el corazón, tus palabras.
Y
no pude sentir lo que quise de tus besos
pero
nunca mentí si abracé tu cuerpo y lo amé.
Pero
ni tú ni yo estábamos en el mismo punto
cardinal,
en la misma corriente de los mares.
Y
fuimos arrastrados por los pechos de las olas
equidistantes
del mismo punto emocional.
Nunca
mentí si te dije te quiero como sol de luna
y
lo delataba mi cara al iluminarse en tu presencia.
Y
volamos en paramentes de ilusiones imposibles
con
los vientos cruzados y marchitos, de este a oeste.
Y
esperamos un milagro que el tiempo no produjo,
que
la controversia fuera como esperanza de náufrago.
Pero
no. Todo fue como el vuelo de las alas de cera de Ícaro
que
se derritieron al calor de la luz, cayendo al mar.
© Luis Vargas Alejo
Se me da el poema, amigo...
ResponderEliminarAmoroso, que muchos dir'ian romántico...me recuerda a un poeta conocido, cuyo nombre no bien alcanzo...Julián?
Me vale que de vez en vez escribas del amor, o que nos presentes estos poemas perdidos, que nos dicen que no sólo de pan vive el hombre.
Abrazos.
Por favor, que las comparaciones son odiosas...¿crees de verdad que se parece a lo que escribe Julian?
ResponderEliminarNo, amigo, ya quisiera...
ResponderEliminarNada, es solo que quise buscarte la lengua y jaranear un poco...En verdad el poeta se llama Julián?
Bueno, Julian del Casal —si es al que te refieres— pasó a la posteridad, aunque con muchas opiniones encontradas.
Ala! Que voy de prisa.
Buen finde!