8 de Julio de 2015
No te olvidamos |
Y estuvieron aquí
y charlamos y reímos
bajo un sol abrasador.
La Senda estuvo llena
de niños jugando
con alborozo y alegría.
Un día extraordinario
donde la amistad virtual
se hizo realidad.
Gracias amigos por venir
en estas fechas tan delicadas
para nosotros.
Por supuesto echamos de menos
a Pichy
aunque mi perro se encargó de recordarlo
en el mejor de los sentidos.
Dios os guarde a todos.
Julio de
2015 ( hago constancia del año, para futuras lecturas si las hubiese. - la
memoria me va fallando, una ya tiene su edad-) Realicé un viaje vacacional a la
tierra del turismo, top manta, pescadito frito, tapas, calor y su mala follá;
una tierra con arraigos Nazaríes, guerras territoriales, y reconquistas
cristianas: “Graná”. No, no voy a dar ninguna clase de historia, es una mera
introducción al consiguiente relato. Continuo...
Es menester,
que después de 6 horas de viaje , 550 km. de distancia del centro peninsular a
la costa Tropical uno se acerque hasta el mar ¡coño, pues a la la playa! me
dije. Ahora el resabiado lector e instruido en veraneos dirá que, vistas una,
vistas todas; pues no. Es cierto que el agua, es agua... y con su concentración
de sal, su oleaje... pero, y la arena, esa arena abrasadora que te hace dar
saltitos cuando tus pies no soportan su temperatura... pues bien, sólo conseguí
verla, el ultimo día. Sí, sí. Y no vaya usted a creer, que estaba en su hábitat
natural, extendida, pisoteada, agujereada por las sombrillas y mojada por su
adentramiento pasional en el mar. No, mi querido lector, la encontré dentro de
una botella en miniatura, con una inscripción que rezaba: “Recuerdo de la playa
de Almuñecar”. Seis días y siete noches, recorriendo la costa granadina y era
la primera vez que encontraba tanta arena junta; 10 ml. de arena blanca
explotada para engaño del turismo. La alfombra costera de Granada, son piedras.
Grandes, medianas, pequeñas, redondas, alargadas, con filos, grises, rojizas,
azuladas... La variedad es infinita, sin embargo se les llama “china” (Piedra pequeña y a veces redondeada. Definición de
la RAE). No es que no supiese lo que es una china ( piedra), pero en mi ingenua
andadura de viajar, consideraba a las chinas de las playas, como las asiáticas
que propician masajes para lograrse un jornal, y al turista bienestar - pues
bien me hubiese venido para mis doloridos pies, lumbares, trasero... que
buscaron acomodo durante toda la estancia en la playa sin un resultado
favorable- Y que decir al lector de los famosos castillos de arena con los que
los niños se distraen cuando no están en el agua; son fuertes, murallas,
rompeolas... si pueden, háganse una idea. Serrat en ese paraíso de piedra, no
tiene nada que hacer; niño, deja de joder con la pelota..., ¡imposible!; los
niños están sentados, comiendo los churros del kiosko de la playa. Sí, sí.
Churros, no hablo de sardinas, ni cerveza, no. Sino de ese manjar dulce, recién
hecho, calentito, que mantiene a todo goloso en silencio, y que a 38º de
temperatura, te hace sudar... Aunque yo soy más de salado, pero aun teniendo mi
punto dulce, por no salir del redil de sombra que me propiciaba una enorme
sombrilla, a riesgo de sufrir una lipotimia y desplomarme sobre las características
chinitas de la playa, dando lugar a un accidente aparatoso que irrumpiera mis
soñadas vacaciones, prescindí de tal manjar, pero por las moscas que rondaban
la sombrilla de al lado, donde un muchacho, con los mofletes manchados de
azúcar, y con un silencio sepulcral, pude adivinar, que están de diez. En fin,
no todas las playas son iguales, pero dejemos las chinas y los churros, que hay
que conocer la Alhambra y Granada Capital.
Las entradas
para dicha visita, ya las había sacado hacia meses, me advirtieron (la magia de
Internet), que se formaban colas y sin previa compra, habría que estar en la
puerta antes de las 6:00 de la mañana (entiendo que haya que sacar partido a
las vacaciones, pero a esas horas me resulta un despilfarro en el
aprovechamiento de tiempo). Al rededor de las 10:30 de la mañana estábamos en
Granada, con una temperatura de 30º y buscando un parking. Había un primer
parking, pegado a la puerta de entrada reservado para autobuses, que estaba
vacío. Un segundo con un cartel de completo, con alrededor 50 coches, y un
tercero, donde logramos aparcar. Si hablamos de distancia hasta la puerta de
entrada: unos 2 Km (y según tengo entendido, tuve suerte). Una vez transcurrida
dicha distancia, a pie, cual fue mi sorpresa: ¡no había colas!, nadie
esperando, ¡qué bien!. Recojo las entradas, y comienza la visita... ( iba
acompañada por la familia ).
-No voy a
dar detalles de tal aventura, pues creo que esa maravilla no se puede contar,
hay que vivirla. Y me faltan las ganas de alargar el relato, desencadenado una
más que probable somnolencia del lector, con un copia y pega de la whikipedia.
Aunque sí dejo como sugerencia: realizar la visita en primavera u otoño, ya que
los 43º del mes de julio no son apropiados para subir cuestas, escaleras, e ir
cargado con niños y agua. Incluso para aquellos que con 20º sudan, recomiendo
el invierno. Pero eso sí, no hay que dejar de visitarla. -
Casi a las
tres de la tarde, agotados, salimos de nuestra visita y aun nos quedaban 2 km.
hasta el coche y volver..., pero no se podía acabar la visita, no. Y aunque la
ciudad de Granada, fuera de las murallas de la Alhambra nos estaba esperando,
nos declinamos por realizar la visita en otra época del año, no obstante había
algo que no podíamos dejar de ver: A mi amigo Luis. Así que cuando llegamos al
coche, con los pies a rastras, desfallecidos por el calor, la sed, y el hambre
le llamé y quedamos en un restaurante a comer. Y allí, bajo el fresquito del
aire acondicionado, por fin, mis labios se mojaban del rico y frío zumo de
cebada, la cerveza. Ah, sí, y conocí en persona a mi amigo Luis y su mujer
Juana. No piensen mal, que no le resto importancia, era por poner una gota de
humor, ya que el sudor, era a chorros.
Quisiera
poder expresar lo que se siente, cuando una amistad que se ha fraguado durante
años, de manera virtual, rompe la pantalla, el teclado, las fotografías, y se
convierte en tacto, besos, abrazos, voz, miradas, respiración... El primer
impacto es de no me lo creo, que me pellizquen para despertar de este sueño, y
el segundo impacto, el del silencio. Enmudeces viviendo una realidad tan
bonita, hasta que la cervecita se une en el brindis. Entonces entonas risas. La
comida, copiosa y buenísima se asienta y el calor, ese calor que doblega al
aire acondicionado, nos sacude hasta abortar la intención de salir a fumar.
Luego, unos chupitos, de no me acuerdo que licor, pero que más da, lo bonito es
brindar por esa amistad, ese encuentro. De ahí, nos abrieron la puerta de su
casa... y felices, moviendo la cola, salieron a saludarnos dos perrillos Leo y
Pichy...Pero no solo fue el disfrute de la compañía de estos grandes amigos,
sino que su simpatía, armonía, afecto... se podía palpar. Hablamos un poquito
de todo, tuvimos presente a nuestro amigo Pichy. No, al perrillo, no. A nuestro
amigo José. Mi querido lector, si a usted le quisieran como quieren a ese
perrillo, no le importaría, que llevase su nombre (un hincapié para las
risillas malvadas) Y por supuesto, no pudo faltar la poesía. Durante nuestro
encuentro tuve la oportunidad de ver en primera persona las obras pictóricas de
ambos artistas, perdón, artistazos. La biblioteca privada, con colecciones
magníficas. Los barquitos de madera, los soldaditos de plomo, los relojes de
bolsillo... respire el trabajo y la inspiración de un gran poeta. Juana, mi
querida Juana, fue un bálsamo para los niños, la pequeña se durmió en su regazo,
y mientras, le enseñó un juego al mayor... Me llevé mucho de allí, para lo que
yo dejé a cambio. Me siento en deuda. Y todo tiene su fin, y debíamos regresar
al hotel, con la esperanza de volver a encontrarnos (os queremos amigos)
Y de nuevo,
a la playa de chinas... y a conocer Almuñecar, el Castillo de San Miguel (más
cuestas, más calor), Los Peñones del Santo (más escaleras), el Acueducto y las
Termas, El parque del Majuelo, el atardecer reflejado sobre las chinas,
perdón sobre el mar, las jarras de cervezas del bar de tapas de al lado del
hotel ( era obligada la mención) La camarera, una mujer simpatiquísima, sabia
como nos gustaban las cervezas, y nos tenía las jarras en el congelador para
cuando llegábamos...y, ¡qué tapas!. Los paseos, el top manta, la gente, el
ambiente... en fin, una tierra maravillosa, de la que me queda mucho por
conocer, aunque le sobre la mala follá.
(Dedicado,
con mucho cariño, a Juana, Luis y Pichy, porque a pesar de la distancia,
sabemos estar unidos)
© Begoña Martinez
Setiembre
día 5 de 2015 hago memoria hoy de esta contestación o comentario para hacer
constar que este año fue malo, pero tuvimos alegrías y algunos hasta vacaciones
que, al final, es lo que se recuerda con agrado.
Es
verdad que la tierra granaina es la de la mala follá, la del chavico, la del
saquito, la del "¡qué paza!" la de la tierra sin vega, la del río
Genil, Darro, Beiro y Monachil, que riegan la pequeña vega, que mira que la
están regando, con poca agua, con mucho orgullo, con todo el alma. Donde Lorca
escribió aquello de:
Verde que te
quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas...
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas...
Donde lo gitano es lo menos atractivo, siendo
lo arabesco, las calles retorcidas, su Albaicín y su Alhambra lo más destacado.
Nazaríes de grandeza, los verdaderos granainos, que vestían de seda pura,
labraban la tierra al pie de La Sabica, bebían y cantaban como fiestas
hermanadas, que sabían de ciencia, astrología, arquitectura, regadío por
doquier en acequias gordas, y el gran comercio que engrandeció el reino
Granaino como nunca jamás tuvo ya explendor.
Conquistada por la Reina Isabel La Católica a Muhámmad XII (conocido como Boabdil "El Chico") en 1492,
ocupada por cristianos viejos castellanos que creó un ambiente de tensión y
"mala follá" es decir, que le daban mal al fuelle del caldero porque
no sabían y es entonces cuando se empezó a decir que el granaino tiene mala
follá: Según explica José García Ladrón
de Guevara en su libro 'La malafollá granaína', es "una suerte de mala
hostia gratuita que los granadinos repartimos sin ton ni son a todo aquel que
nos rodea y que, en ningún caso, denota mal carácter, ni mala educación, ni
animadversión en particular por el interlocutor. Tampoco denota desinterés o
apatía en el granaíno, como dicen algunos. Es
una reacción espontánea, a una forma de ser y de vivir: la malafollá granaína.
Que sí, existe, no es una leyenda urbana. Es su realidad. Sin ofender."
Y claro que sí, las playas son de
"chinos" no de arena, porque la arena se pega al cuerpo tendido y
empaca los pliegues corporales, es molesta con el viento y se embarra. En
cambio el chino tiene "mala follá", evita que la gente se bañe si no
sabe nadar porque se pincha los pies, y ayuda a que las familias se tumben al
sol a comer la tortilla de papas y el guiso de hinojos alrededor del chambao
que se fabrican mientras los hombres van al chiringuito a beber cerveza. El
"chino" está en toda la costa Granaina y eso es lo que hay. Almuñecar
tiene un encanto especial: todo granaino se va allí de vacaciones y ocupan el
pueblo como una invasión, de forma que ni se puede andar. No porque sea un
lugar privilegiado, es que es lo que hay, y no hay más. Los que van a los
buenos hoteles que allí se encuentran, no van a la playa, sino que se bañan en
las piscinas bien cuidadas del Hotel y no comen en los chiringuitos. El
granaino baja con el coche repleto de sillitas, enseres de cocina, viandas de
todas clases, monta su paraje y pasa el día, por la noche se vuelve a Graná,
menos algunos más adinerados que tienen allí su apartamento que usan todo el
año y que suelen ser extranjeros ingleses y alemanes al margen del granaino
clásico. Y de 27000 habitantes, pasa a tener en verano casi 100.000 habitantes,
por lo que no se puede aparcar, ni pisar el suelo, ni la playa, ni los bares,
ni nada. Pero es un pueblo muy bonito con edificios peculiares, algún puente
romano e iglesias del siglo XVI y grandes extensiones de aguacates como único
lugar de España donde se cultiva esta fruta por tener un clima subtropical.
La belleza de Granada es hoy un mito, porque es
una ciudad incómoda, porque se prohíbe cruzarla en automovil, llegar al
Albaicín en automovil, ir de una punta a otra en automovil, sólo bordearla por
una circunvalación que se ha quedado pequeña. Casi todas las calles se prohíbe
aparcar o son zona azul y no metro, solo autobuses que recorren barrios y no la
ciudad completa y hay que andar transbordando y gatando un dineral o en
aparcamientos subterraneos que hay muchos, o en el autobús. El Albaicín y la
Alhambra es la antigua ciudad granadina, pero como no vaya usted andando,
subiendo y bajando cuestas, su hermosura solo la verá en las postales que se
venden. Y, cómo todo esta sociedad, la hermosísima alhambra está comercializada
y no pasa usted a verla y disfrutarla sino pagó sus billetes con dos meses de
antelación y no crea usted que le dejan verla toda...solo lo más conocido, más
o menos la mitad de lo que es la ciudad original de la Alhambra y sus jardines
del Generalife.
Y yo que soy extranjero en esta ciudad aunque
vivo aquí hace 38 años, puedo afirmar y afirmo que como no soy granadino me
mantienen al margen de amigos, familias, grupos temáticos, etc, porque el granaino
es una familia completa cerrada y de pocos amigos que no sea su propia familia.
Pero tu redacción o nota de viaje me ha
encantado, sobre todo, por lo bien escrito que está y cómo calaste en el
ambiente de la "mala folla" y qué bonito lo que hablas de nuestra
amistad que comenzó en un internet poético, cómo fue de lindo conocerse en
persona y teniendo tantas cosas de qué ahablar, cómo no sabíamos qué decirnos,
sólo nos agradaba mirarnos, tocarnos reírnos y ver que éramos reales y no
virtuales.
Muchas gracias por tus alabanzas a nuestras
pobres manifestaciones artísticas y somos nosotros los que te damos las gracias
por tú amistad y, cómo no, de los niños no me voy a olvidar, porque son
preciosos y nos hicieron felices aquella tarde.
La amistad perdurará entre nosotros porque
hemos comunicado interiormente y, al fin y al cabo, somos castellanos y no
andaluces (ya sabéis que dicen que Jaén, no es una tierra andaluza) aunque
muchos andaluces son muy simpáticos y casi todos cantan y bailan y saben contar
chistes y hasta yo diría que saben vivir bien.
Un abrazo a ti, a Victor y besitos a Alex y
Evita.
© Luis Vargas
Fue un día maravilloso que guardaré con grato recuerdo siempre. Espero que se vuelva a repetir... Quedan muchas cosas por contarnos y disfrutar...
ResponderEliminarSí, es cierto, nos acordamos de Pichy mucho, y no solo por el perrillo...
El poema trasmite el cariño y acogimiento que sentí alli. Os queremos muchisimo.
(Gracias por subir las fotos, yo lo he intentado,pero desde el teléfono no puedo. Nos vinimos pueblo de seguido, no aguantabamos el calor de casa)
Besos y abrazos de parte de todos.
Qué bien! Siento no haber estado; pero me alegra mucho verlos juntos, en familia. Es algo hermoso, tiene su poesía, pasar de la virtualidad a lo físico. Cuánto me gustaría abrazarles. Me hago cargo de que quedaron muchas cosas por decir, Bego, si yo me encuentro con UDs no sabría ni por dónde empezar...es tanto lo que tenemos que intercambiar, después de tantos intercambios escritos. Este encuentro reafirma nuestra amistad y fortalece nuestra Senda. El perrito me representa —algo es algo—, no estoy pero está mi nombre presente. Esto reafirma que la Internet, bien usada —con seriedad—, sirve para unirnos y a nuestro mejoramiento personal. Verlos juntos me trae muy buenas sensaciones, difíciles de transmitirles más allá de que me resulta un regocijo emocionante. Espero cuenten más, no me basta un poema, aspiro a un cuento, una narración.
ResponderEliminarMi estima y cariño.
Besos y abrazos.
Ah, en la foto cargo a una sobrina nieta.
ResponderEliminarCada vez que visito la Senda y observo estas fotos...me da una especie de emoción, que hasta recala en una especie de sana envidia, no sé explicarlo; pero, no puedo quedar indiferente ante tanta felicidad captada.
ResponderEliminarEs que nos hemos hecho hermanos, familia que sin estar está. Yo amo Cuba a través tuya, a los nietos poéticos, a Bego y Victor por ser una pareja encantadora y mucho me ayudaría en estos momentos que pudieras estar aquí. ¿Que más se puede decir del mundo y de la vida? que es bella y hermosa cuando ocurren estas cosas entre la gente.
ResponderEliminarDices bien, amigo. Nada tan hermoso como la amistad.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Y aunque nadie me ha llamado, jajaja, aquí estoy feliz por,, a pesar de la lejanía geográfica, sentirlos mucho más cerca. ¡Qué belleza verlos juntos! y sí... es como dices mi querido Pichy,al verlos se siente una emocionante y sana envidia por querer volar al encuentro.
ResponderEliminarQue espantosa sería la vida sin amigos,¡amigos de verdad!
Salud, amor y paz para todos y ...¡Que viva la amistad!
Los quieroooooooooo!!!
Besos y sonrisas muy azules
Lilian
Muchas gracias por la presencia y bellas palabras, amiga.
ResponderEliminarBesos