Si
la oscilación apura
la añoranza
expectante
que sostiene el aplazamiento
que sostiene el aplazamiento
de la
coexistencia,
¿dónde
se arropa la perspectiva de un futuro?
Si, entre
las manos solitarias,
es un
asco la vida
y el
miedo nos aferra a la luz:
no
habrá milagro que nos salve.
¿Extinguirán
los
fuegos ancestrales de la belleza
urgiéndonos
al
gusto metalizado de la ambición?
Nadie
pierde en sí
lo
que ha estado más allá de él.
La
imaginería no se asienta en el eco
sino
en la voz que lo origina,
el
eco es de quienes lo escuchan.
Sin la lucidez del empuje
titubeamos
ante las brújulas
y no
zarparemos nunca
si
seguimos inventándonos
los
Polifemos y las Hidras
Pichy
Muy buen poema. Muy a tu "divino" estilo
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. No me importaría que fuese malo, si, al menos tuviese un estilo.
ResponderEliminarAbrazos