Tripas retorcidas
como cadenas montañosas
de escombros putrefactos,
donde las aves carroñeras
rebañan con los picos
las gargantas espasmódicas
de los montones de mierda,
cuya ausencia alivia, los dolores
semejantes a un parto.
Como tela de araña trenzada
los nervios tejen trampantojos
somatizando miedos.
© Luis Vargas Alejo
Se te da muy bien la poesía existencial, sabes sacar de las circunstancias y acaecimientos diarios. Acá a esos poetas se les llama Maestros. Fuerte abrazo
ResponderEliminarSabes bien aprovechar las circustancias.Está que te cagas (perdón por la expresión).
ResponderEliminarBesitos y mejorate
Pues como mi naturaleza parece que es debil-fuerte/fuerte-débil, pues ya se me pasó lo de colón y aunque no descubrí américa, estoy en ello.
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