No voy a untar el amor
a brochazos
para acabar
antes
un cuadro
surrealista
Ni a
comprar un paraguas
de colores
porque el
día pinte gris
¡coño,
hay que mojarse!
No, no
voy a poner el tapón a la bañera
para más
tarde dejar
que la mierda huya
junto a
los ocasos de color azafrán
simulando
una llama incendiaria
Al pan,
pan y al vino, vino
que el
hambre, hoy, se sirve
en
platos de porcelana.
Y aunque
la esclavitud
sea un
fraude que cotice en bolsa,
la sumisión
nos ennoblece.
Y es
que te quiero tanto, tanto…
que hasta
que tú me mates
-así
está escrito-
Ya, ya
lo sé, no eres un asesino
son
derechos humanos.
Begoña Martínez Bermejo
Pues, el poema me gusta, amiga. Creo que socializa las relaciones amorosas con desenfado en su decir y actualidad.
ResponderEliminarBeso
Más que socializar, yo lo llamaria imponer el adiestramiento como si fueremos animales. En este mundo los derechos humanos, se han desvanecido.
EliminarMuchas gracias, amigo, pero creo que he de darle un repaso, porque parece ser que no transmite lo que yo quisiera.
Besos
Lo he modificado, y me gustaría saber que te parece
EliminarNo voy a untar el amor
a brochazos
para acabar antes
un cuadro surrealista.
Ni a comprar un paraguas
de colores
porque el día pinte gris.
¡Coño, hay que mojarse!
Qué no, no voy a poner el tapón a la bañera
para más tarde dejar
que la mierda huya
junto a los ocasos de color azafrán
simulando una llama incendiaria
Las cosas por su nombre,
las florituras, ya están impresas
en los platos
donde nos sirven el hambre.
Y es que la esclavitud
es un fraude que cotiza en bolsa,
pero la sumisión nos ennoblece, ¿no crees?
Y es que tengo que quererte tanto, tanto…
hasta que tú me mates
-así está escrito-
Ya, ya lo sé, no eres un asesino
son derechos humanos.
Más me gusta, amiga. Cuando me refiero a "socializar", quiero decir: que una situación personal se imbrica con la realidad circundante.
EliminarBesos
Los derechos humanos están torcidos. Es como decir que el ser humano no está derecho, sino gibado.
ResponderEliminarEs un poema rotundo de grito por la libertad que me ha gustado