Han opuesto las razones, mirando a los
hemisferios,
dándose entre ellas la espalda, como
desamor en duelo
con las pistolas cargadas, esperando la
señal, diez
pasos, dos disparos, y será el
razonable el vivo
y el descerebrado el muerto.
Y se perderá la razón en la sabana,
en el Olimpo pétreo,
en el poder magnífico del bruto, en el
que más pueda,
sin saber que el logos es un arma, más
potente que la piedra,
las flechas o las balas, que usado por
la lógica y la ética,
solidaria, será un cañón de armonía
que dispara con certeza,
bienestar sin vasallos ni señores.
“El privilegio del hombre es haber
nacido” como campo de trigo
con mies doradas, como espigas unidas
en haces hermanas
entre hiervas perversas que especulan con los campos
arrasándolos con detritos para que
yazgan las siembras
de la miseria.
Necesito que me hables y yo te escuche,
para saber que tu voz
no es propia de las quimeras, ni de
trinidades vanas,
necesito no ser rehén del silencio
solitario, ni estar por estar estando,
como quién no está, prendido en un
vacío de ausencias,
solo y acompañado, solo, solo, solo.
© Luis Vargas
Me resulta muy bien el poema, amigo. Noto que usas versos largos, y con mucho ritmo. Qué bien!
ResponderEliminarAbrazos
Usé versos largos
ResponderEliminarporque tenía mucho
que decir,
pues cuando utilizo
los cortos
es que tengo que decir
muy poco.
Cuando me callo
y guardo silencio
es que tengo mucho
que decir
o porque lo dije
ya todo
o poco o nada
y quedé vacío.
Me alegra que te haya gustado este poema, que no es otra cosa, que palabras de soledad...
Bno, amigo, es que los poemas suelen ser eso mismo.
ResponderEliminarAbrazos
Bien, gracias. Los poemas son el abrazo a un sueño
ResponderEliminarSí, es una buena definición. Abrazos poéticos
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