Y soy como el viento que va y viene
y se retuerce y se agita y se agota
y en la distancia vuelve, agita sus
brazos,
desbroza el polvo que se acumuló con el
tiempo
para dejar los corazones límpidos, junto
al trasgo de la vida,
en las esquinas ensoñadas de los paseos
largos,
por las que se acomodaron las presencias
de los hitos
donde dejé las semillas que me hicieron
crecer,
hacerme mayor, viejo, y vuelta a ser
joven, niño
que se siente feliz acomodado en sus juegos,
como el verso que hizo poema y
cristalizó en agua
bebiendo de ella y dando de beber.
© Luis Vargas Alejo
Me resulta muy bien el poema, amigo. Discursa con mucho ritmo, y tiene mucha poesía. Es verdad que no sólo has bebido, has dado de beber.
ResponderEliminarAbrazos
Me llega como una herencia de la vida, errores cometidos que hemos aprendido y que se pretenden enseñar, para poder avanzar y que no se vuelvan a repetir.
ResponderEliminarEl poema se inicia con "y", por lo que me lleva a una continuidad de un antes, y un despues que avanza sumandole sucesos, que no detienen el poema, ni en su final, puesto que queda abierta la idea para que te quedes pensando.
Por lo que mi pesamiento es, que la vida está en un bucle, que avanza por las vías de la tecnología, pero humanamente no progresa, incluso a veces, va hacía atrás.
Me ha gustado mucho.
Besos.
Buen análisis
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