25-01-2021
Un transparente velo se dibuja
en los altares de mi recuerdo,
una imagen, una amistad
que se disipó en las sombras
hace hoy un año.
Y recorrimos en un bajel pequeño
la mar de parte a parte
sin movernos de una computadora,
yo aquí, tú hallen de los mares
como los vientos alisios y monzones.
Y así recorrimos nuestras vidas
durante años, como poetas errantes,
por una senda imaginaria
que fuimos construyendo de a poco
con nuestros pies descalzos.
Y como náufragos en una ínsula
construimos una choza con poemas
con versos intransitados, tesoros
vivenciales, desde Granada
a la Habana, desde donde partiste
hacia el Paraíso y me dejaste solo.
Espérame, amigo, que pronto llego.
Desde que tú te fuiste, padre
han pasado muchas cosas
y te cuento:
yo tuve un buen trabajo
y alimenté bien a mis hijas y mi esposa
pero ella se cansó de mí, quería ser libre, dijo,
y me pidió el divorcio, y me quedé muy solo.
Otra mujer me salvó del abismo,
nos casamos y tuvimos otra hija
y yo sufría por las otras
mamá se hizo muy viejita y me la traje conmigo
aquí, ya sabes, a Granada, y murió hace mucho ya
y no sé si estará contigo,
Carlos quedó solo en casa y de turbia soledad
también se fue desde Madrid al cielo
y pienso que también estará contigo.
Yo me hice viejo y procuro ser bueno,
paseo por las mañanas
y canturreo como lo hacías tú
unas vez solo, otras con Ana, ¿te acuerdas?
la segunda
hija, y ella me chilla y me regaña
cuando no ando y yo me callo y me digo
¿dónde estará mi padre?
aquel que paseaba conmigo y al
que yo nunca regañé, ni regañábamos,
porque tú, papá, para mí, fuiste
los más grande.
¿Me escuchas? bueno, pronto estaré contigo
y hablaremos de cuanto pasó desde que te fuiste
y me dejaste muy, muy, solo.
© Luis Vargas Alejo